ELECTRO: Alma De Plata

30. Un loco de color plateado

Liz estaba en un balcón, había mucha luz, ella portaba un gran vestido blanco que cubría sus pies. En su mano había un cuaderno lleno de garabatos de Electro. El cuaderno estaba cerrado, ella lo besó y lo abrió en una de las hojas donde estaba un dibujo bello del chico plateado. La chica se miraba feliz, tranquila y con una paz que generaba buena vibra. No se miraba nada más que ella y el balcón, todo estaba muy iluminado de blanco. Ella sonrió al escuchar unos pasos que se acercaban. Así de espaldas se dejó abrazar por aquel que había llegado.

─Te quiero mucho, mi ama─dijo Electro mientras besaba el cabello de la chica.

─Yo también te quiero mucho, mi leal amado─habló ella con una voz apacible.

Electro abrió los ojos por gritos que escuchaba. Lo anterior sólo fue su imaginación. Despertó y miró a Grailen en total llanto, al igual que Lúnima que estaba asustada. Estaba muy confuso, se talló los ojos y agitó la cabeza. Despertó en ese lugar donde él cayó, sólo que ahora más iluminado por el fuego que el chico de pelo negro encendió.

─¡¡Electro, Electro!!─gritaba Grailen asustado─. ¡¿Qué te ha pasado, amigo!?

─¡¿Oye, estás bien!?─preguntó Lúnima.

Electro no respondía, sólo los miraba con sus caras llenas de angustia. Parpadeó rápidamente y su mente volvió. 

─¡¡Responde!!─gritaban ellos mientras lo movían.

─Chicos...─habló Electro con una voz muy baja.

─¡¿Amigo, qué tienes!?─preguntó Grailen.

─Yo...─apagado─. Yo, no sé. No lo sé.

─¿Por qué estabas tirado aquí solo?─cuestionó Lúnima.

─No te encontrábamos, amigo─dijo Grailen.

─Me siento extraño, confundido, roto...

─¡No! ¡Tenemos que ignorar la tristeza! ¡¡No podemos seguir así!!

─Tal vez todo lo que me dijo esa cosa era un sueño─suspiró.

─¿A qué te refieres?─preguntó la chica.

En ese momento Electro se puso a recordar todo lo que le había dicho la sombra. Recordó que ésta le había mencionado el nombre de Dévandram, a lo que también se acordó que Lúnima conocía aquella entidad.

─Lúnima─habló Electro con una mirada muy seria.

─¿Ah?─lo miró ella a los ojos.

─¿Qué era Dévandram?

─Ya te lo había dicho─contestó─. Es un ente supremo que concede deseos cada cierto tiempo.

─¡Necesito más información de él!─suplicó.

─Él está en un mundo lejano, tendríamos que viajar en el universo.

─¡¿De qué mierda hablan ustedes?!─se quejó Grailen.

─Espera, Grailen─le contestó el otro chico─. Después te explicaré.

─Y bueno─ella ya no supo qué decir─, ese ente casi no sale de su hogar. 

─¿Él tiene mensajeros?

─Había escuchado que sí. Creo que usa sombras para dar mensajes a singularidades.

─Una me habló hace rato...

─¡¿Qué?!─asombrada.

─Me acaba de decir algo que me ha destrozado...─se tocó su adolorido pecho.