Finalmente les traigo la continuación, se que ha pasado algo de tiempo desde que actualice pero saben que la inspiración llega cada que quiere, muchas veces cuando no tengo tiempo para escribir, sin embrago, espero no tardar tanto para el próximo. Sin más que agregar, nos leemos en las notas finales.¬ºoº¬ºoº¬ºoº¬ºoº¬ºoº¬
—¡Vamos, suban! —Rei volteó a ver hacia arriba, aquella voz era la de su padre, estaba tan desconcertada por lo que acababa de pasar que no supo en qué momento Hisashi la había casi cargado para que subiera 3 escalones de golpe, detrás de ella, Busujima-san estaba cubriéndolos.
—¿Cómo fue que...
—Tus amigos nos ayudaron. —Rei no tuvo tiempo de procesar aquello ni responder pues en ese momento había subido Busujima. —¡Vamos! Ahora que está despejado es el momento ideal para huir. —Hisashi tomó su mano y la jalo de tal modo que corrieron siguiendo a su padre y al oficial que lo acompañaba.
—Entonces el plan funcionó, al menos el de rescatar al sr. Miyamoto. —Hisashi bajaba las escaladoras mientras intentaba encontrar respuestas.
—Se los explicaremos llegando al centro comercial. —El papá de Rei derribaba a otro de ellos con su makana y Saeko hacía lo mismo con los que se cruzaban en su camino.
Pronto el pequeño grupo se encontró a 3 cuadras del centro comercial, el callejón en el que se encontraban estaba poco iluminando debido a los altos edificios que lo flanqueaban. Estaba húmedo y olía a algún animal muerto, lo cierto era que últimamente todos lados olían así. La avenida principal que daba al centro comercial estaba rodeada de los muertos, pero era un hecho que después del leve enfrentamiento que hubo en la calle había llamado la atención de la gran mayoría por lo que ya eran un problema menor.
—Bien, debemos continuar avanzando. Es imprescindible mantenernos juntos, avanzaremos formando un círculo de tal forma que nuestras espaldas nunca estén expuestas y así lograremos llegar lento pero seguros. —Rei quería protestar ante aquella táctica de su padre pues los volvía lentos en un sitio abierto, además si volvían a hacer ruido la horda que se había movido regresaría. Sin embargo, Hisashi volvió a tomarla por el hombro y negar con la cabeza para posteriormente responder al papa de su novia.
—Indíquenos en que momento capitán Miyamoto.
—Bien, cuando haga la señal, avanzaremos haciendo el mínimo ruido posible, solo para derribar a alguno, nadie habla a menos que yo lo haga primero ¿está claro? —Los chicos asintieron y pronto salieron a la avenida.
El avance le consumía los nervios a Rei pues, cuando Takashi organizaba las incursiones, eran mucho más veloces, ágiles y con fuerza. Se sentía débil, expuesta y torpe. Lo cierto era que no quería juzgar a su padre pero por esa razón habían perdido el control tan rápido de la ciudad, usaban tácticas para gente viva y no muerta. Estaban a mitad de la segunda calle cuando un gato salió corriendo de algún sitio provocando el sobresalto en el grupo, el compañero de su padre había soltado el arma cuando el gato le pasó entre las piernas provocando que esta se dispara y causándole una herida a su padre.
—¡Gaaaah! —Rápidamente El Capitan Miyamoto se tapó la boca pero aún así, su alarido había sonado fuerte y el disparo del armo solo complicaba aún más la situación,.
—¡Eres un idiota, heriste mi padre! —Rei fue detenida por Hisashi quien hizo una seña de silencio mientras Busujima inspeccionaba la herida.
—Tranquila, solo lo rozo en la pantorrilla, pero aún así le costará caminar.
—Muerda esto, evitará que grite. —Hisashi le daba un pedazo de tela que traiga entre su mochila. —Ayúdame a llevarlo. —El oficial que estaba en shock por su descuido pronto ayudó a Hisashi y ambos lo ayudaban a caminar.
—Al menos no... —Pero Rei no pudo terminar de hablar pues de las calles empezaban a salir muertos.
—Maldición, apurémonos, Rei cubre el frente, Busujima, nuestra espalda. —Fue así que el camino ya de por si complicado se volvió aún más difícil.
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Algunas veces había peleado en la escuela, no era precisamente el mejor, ni de cerca se le compara a Hisashi pero se defendía cuando era necesario. Sin embargo, aquello estaba fuera de lo que recordaba, a pesar de que su adversario era muy parecido físicamente a él, se notaba que ya era un adulto pues su fuerza era muy superior a la de él, no sabía cómo darle la vuelta a aquella situación. El sujeto lo estaba asfixiando, intentaba soltarse del agarre pero no conseguía resultados, empezaba a desesperarse y fue cuando un recuerdo fugaz de cómo soltarse le llegó, extendió su brazo por encima de su cabeza, y bruscamente lo bajo de tal forma que golpeó en los bíceps del tipo, logrando que el agarre perdiera fuerza y enseguida golpeó con su codo el rostro del tipo.
—¡Aaaah, maldito idiota! —Takashi supo que lo había lastimado pues el tipo lo soltó para llevarse las manos a la cara, fue cuando aprovechó para patearlo en el pecho e impulsándose como pudo llegó a arma tomándola en el momento exacto en que el tipo volvía su atención a él.
—Me rompiste la nariz, ¡te matare, lo haré!— pero Takashi ya tenía el arma apuntando hacia él, de la nariz del "policía" escurría sangre en grandes cantidades, pero su mirada desquiciada le mostraba que un movimiento en falso y podría no tener otra oportunidad.
—No vuelvas a mover un músculo o lo lamentarás... —El tipo en un momento dudo pero en seguida se rio de Takashi.
—No eres capaz, eres solo un niño jugando a ser un hombre, si yo tuviera el arma te juro que...
—¡Bang! —El sujeto quedó mudo al ver cómo de su pecho manaba sangre por montones, no podía creer aquello.
—Te lo advertí. —Takashi solo vio caer el cuerpo mientras su mirada de incredulidad se apagaba después de unos segundos.
—Maldición, estuvo cerca. —Takashi se dejo caer al piso pesadamente, en seguida salió su madre junto con la joven profesora.
—¡Takashi! ¿Qué fue lo que ocurrió? —Su madre pronto llegó hasta el y estrujarlo en un abrazo.
—Era un impostor como los otros, no sabía si era de fiar o no ya que no sabíamos de su existencia pero... cof... cof... todo fue muy rápido. —Takashi se tocaba donde el sujeto lo había intentado estrangular.
—Déjame atenderte. —Pronto la profesora se acercó a él y le colocó unas pomadas al rededor del cuello y luego le dio una píldora para el dolor. —Esto ayudará a aliviar el dolor y la incomodidad pero debes colocarla cada 8 horas y la píldora cada 9 durante 3 días o hasta que la marcas hayan desaparecido.
—Creí que solo era docente... cof...
—Quería ser Doctora pero al final decidí cambiarme de carrera... eso ya no importa de todos modos. —La rubia se levantó y regresó con los niños que se encontraban dentro.
—Debes explicarme que ocurre aquí Takashi. —Su madre aún no lo soltaba, pero antes de que pudiera responder, un autobús se estacionó justo en la entrada seguido de el Humvee.