Destino

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Nula verdad que miente como mentira.

Vigorosa fue aquella alma que yo vi danzar jamás aletargada.

Fue mi designio ocultar en pena una danza en juicio.

Acallados combates de miradas que supuse y no verifiqué.

Valientes sonrisas destinadas a un receptor antitético.

Notas compuestas para amparar una codicia trivial e ignorada.

Fue mi desacierto la ingenuidad de concebir mi ambición como verosímil.

Fue mi incompetencia fanatizar una individua que se obcecaba en su tirria.

Sería sencillamente un origen aciago de un concepto ensalzado durante mi sucinta crónica.

De ningún modo, el destino compele a una fatídica conclusión.

No, esa no es mi resolución. 

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