Ya seeee, otra vez, me tarde milenios en actualizar... Q.Q espero el capitulo les guste muchas gracias por sus votos y comentarios, los atesoro muchísimo.
Disfruten!
Los personajes de One piece no me perteneces, son del sensei Mr. Oda!.
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Estaba "necesitado" de afecto, esa podría ser la mejor excusa que su mente en ese momento pudo procesar y crear para no sentirse tan incomodo con ello, además de que Luffy no le era indiferente.
Justo ahora se encontraba besando con gusto y dedicación los labios del menor, había comenzado a responderle y no solo eso, sino que ahora trataba de abrirse espacio entre sus finos labios para poder introducir su lengua entre ellos. Luffy no se hizo del rogar y se dejo hacer. De pronto ya se encontraban sumidos los dos en un beso que de nada tenía ya de breve y suave caricia.El moreno coloco su diestra en la nuca del azabache y trato de profundizar aún más el contacto, mientras Luffy le rodeaba con ambos brazos alrededor del cuello. Llego el momento de buscar aire y de separarse un poco para reponerse. Pero Law aun mantuvo su mano en la nuca del menor y Luffy tampoco retiro sus brazos del cuello del moreno. Recargaron sus frentes y se miraron con intensidad a los ojos.
-¿Entonces, lo intentamos?- Luffy sonrió ampliamente y Law suspiro profundamente, pero le devolvió la sonrisa aunque mucho más discretamente.
-Trato de entender el motivo, por el que no puedo negarte nada-
-No lo pienses tanto... shishishi-
Law levanto una ceja.
-ojala pudiera actuar con simpleza ante algunas situaciones, como tu-
-Shishishishi... ¿Y eso es bueno?-
-Puede ser...- El mayor tuvo el impulso de volver a probar los labios del azabache e iba a llevar a cabo sus "planes". Cuando Luffy apretó los labios tras ver su intención. Law se quedo truncado. El menor volvió a sonreír.
-Si vuelves a besarme lo tomare como una aceptación a lo que te propuse...-
Law le miro con intensidad a los ojos y su corazón dio un brinco cuando el moreno sin titubeos volvió a besarle. "¿Por qué no?" Había sido la conclusión a la que llego el mayor.
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Yo nunca creí poderme enamorar
La luna logró hacerlo realidad
Hoy mi mundo eres tú
La luna hizo esto fue culpa de la luna
La luna lo hizo así.-------
Y lamentablemente restaba solo un día para que ese crucero concluyera y ahora Zoro y Sanji estaban encerrados en el camarote, Zoro terminando de cenar lo recién cocinado por el rubio y Sanji encerrado en el baño.
Zoro había hecho todo lo posible para conquistar a Sanji, quizás no del modo romántico, a él eso no se le da muy bien. Pero había intentado ser más atento. Sabía que Sanji había disfrutado tanto todo eso como él, pero aún no veía indicios de que el rubio quisiera continuar con lo suyo aún después del viaje.
Sanji por su parte, estaba demasiado confundido. Esos últimos días en compañía de Zoro habían sido diferentes, extraños... pero sobre todo tan perfectos. Por raro que eso parecía, nunca había compartido tantos días con alguien y "juntos" como si de una relación de unión libre se tratase.
Tuvo la fortuna de experimentar con Zoro lo que se sentía dormir y despertar con la misma persona a su lado; de desayunar, almorzar, comer, merendar y cenar en compañía; de bañarse y tallarse la espalda mutuamente; de hacer el amor en todas las posiciones conocidas o por conocer y en los lugares más atrevidos y extraños que se les atravesaran dentro de ese crucero, como: en la cocina de uno de los restaurantes, en un sauna, en el baño del casino, en el baño de uno de los restaurantes, en la alberca. Sí, efectivamente regresaron a esa piscina a terminar con lo que habían empezado; en el armario de limpieza en el que se escondieron el primer día que se conocieron y hasta en el último piso del barco... en el techo, mientras sentían la suave brisa del mar sobre sus cuerpos desnudos y se deleitaban la pupila con el tintineo de las estrellas y la tenue luz de la luna.
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Herederos
RomanceZoro, el único varón y por ende heredero de la gran fortuna de los Roronoa, odia su vida. En un impulso por alejarse de todo su entorno, decide realizar un viaje por los calidos mares de la Grand Line. Sin imaginarse siquiera que se dirigia hacia su...