Un Nuevo Comienzo [Terminada] ✔️

22. Una cita

CAPÍTULO 22:

Camino con pereza hacia la estación para tomar el bus, no quise molestar a Broocke para que viniera a recogerme, total, ya estoy acostumbrada a esto.

El clima es caluroso y húmedo ya que estamos en pleno verano. Tengo atado mi cabello en una cola de caballo para evitar acalorarme, he caminado bastante ya que King County queda algo alejado de la estación.

Mi cuerpo sigue dando pasos, pero mi mente deambula en lugares muy lejos de mí. No dejo de pensar en Adam, no se porque. Simplemente no puedo. Cada vez que cierro mis ojos recuerdo como se sentía estar a escasos centímetros de sus labios, como se sentía su tacto en cada caricia que dejaba en mi mejilla, su mano fundiéndose en mi cintura. Y esas palabras que no han dejado de hacer eco en mi cabeza " muero por besarte, Jessica " ¿Por qué? ¿Por qué no lo besé? En lo más profundo de mi ser soy consciente de que estoy arrepentida por no hacerlo.

Pero creo que fue lo mejor. No quiero ni imaginar que pasaría si Janice se enterase que ha pasado algo entre Adam y yo, o Cassie que desde el primer día que me conoció me advirtió que me alejara de él. Estaba celosa solo porque lo miré.

Malditas miradas que delatan.

La situación me da algo de gracia ya que ni queriendo se daría algo con él. Primero, están sus padres. Mejor dicho, la bruja de su madre. Sé que está mal llamarla así, pero vamos, es mucho más que una bruja. Segundo, nuestras posiciones económicas no son las mismas. Él seguro está acostumbrado a estar con chicas adineradas o de un mismo estatus social, un perfecto ejemplo de Cassie. Tercero, él vive de una manera relajada, sin mortificaciones, al parecer lo tiene todo. Pero yo solo tengo un pasado que me carcome cada día, y tengo que aprender a vivir con eso.

Quito todos los pensamientos de mi cabeza que tengan que ver con Adam, tal vez lo que dijo fue solo para ver si caía y luego burlarse de mí. Sin embargo, hoy fue diferente, fue agradable. Hasta que hui como una perfecta cobarde.

Faltan solo algunas cuadras para llegar a la estación cuando un Jeep negro baja la velocidad y se posa a mi lado. Éste tiene vidrios ahumados oscuros por lo que no logro distinguir quien conduce.

Acelero mis pasos pero aún la camioneta no se aparta de mi lado.

Dios, ¡me van a secuestrar!

No entres en pánico, Jessica - farfullo para mis adentros.

Estoy a punto de echarme a correr pero el conductor baja el vidrio y grita mi nombre.

- ¡¿Jessica?!

Me detengo en seco y giro mi cuerpo para encontrarme con unos ojos color avellana.

- Dios, Caleb. ¿quieres matarme? - mi corazón late desbocado en mi pecho.

Él ríe mostrando su hilera de dientes - perdón por asustarte, es que no estaba seguro si eras tú.

- Tranquilo - le doy una sonrisa a boca cerrada - no fue nada.

- Oye, ¿a dónde vas? - pregunta.

- A la estación para tomar el bus - asiente - y si no me apresuro lo perderé - camino unos cuantos pasos pero me llama de nuevo.

Vuelvo mi vista hacia él - puedo llevarte a donde sea que vayas - se ofrece.

- Eso es amable de tu parte, pero puedo ir andando, no hay problema.

- Déjame llevarte, por favor. - Insiste.

- En serio, no quiero ser molestia...

- No me molesta para nada - asegura.