—¡Dejame en paz, Seulgi! —gritó la joven de cortos cabellos, la cual tenía sus rodillas bien presionadas sobre su pecho y hacia un esfuerzo sobrehumano por intentar respirar adecuadamente— ¡Solo vete a clase! No quiero escucharte, no quiero ver a nadie.
La morocha tragó saliva, había estado un buen rato detrás de la puerta del baño pidiéndole a su amiga que la deje pasar, para ver que podía hacer para calmarla. Era cierto que muchas veces Seulgi había logrado calmar los ataques de Yeri, cuando ambas se encontraban en Corea hace unos años, por eso ahora quería intentar ayudar, sabía que esto era muy difícil para la joven y no quería dejarla sola.
—Yerimmie... —respondió, calmada y serena, sabía que si se alteraba sería peor para la menor— no puedo dejarte sola, no en el estado en el que estás.
—¡Si no te vas será peor, Seulgi! —volvió a gritar, esta vez pateando la puerta del baño y asustando a la mas alta, quién se echó para atrás al escuchar el fuerte impacto— vete, quiero estar sola, ¡quiero estar sola!
El llanto de Yerim se hizo más intenso y Seulgi podía notar el dolor que este transmitía. Como si estuviera saliendo desde lo mas profundo de su cuerpo, expresando hasta la mas profunda de sus penas. Porque era verdad que ella tuvo esta parte de su vida en profundo silencio, nunca la había comentado con nadie y nunca tuvo intenciones de hacerlo. Prefería guardarlo antes de preocupar a alguien, prefería ir al baño a llorar en soledad antes de que alguien tenga que consolorarla.
—V-vete... por favor, vete...
Seulgi no insitió, sabía que si lo seguía haciendo sería peor para ella. Soltó un largo suspiro resignado y se marchó. No quería empeorar su estado y su presencia en el baño era lo único que iba a lograr.
Una vez sola, Yeri intentó no hacerlo, pero su cabeza se inundó de todavía mas recuerdos, llevándola a que nuevamente termine con náuseas al recordar uno de los bellos momentos con Wannie.—¡Yerm! —exclamó la niña morocha al ver a su amiga en medio del campus del orfanato— ¿qué estás haciendo aquí?
La pelirroja demoró en responder, no porque no quisiera, si no porque se encontraba bastante concentrada en el barrilete que otros dos niños estaban volando en el cielo.
—Estoy... comiendo uvas, Wannie.
—¡Siempre comes uvas! ¿No te gusta otra fruta?
—No, no me gustan otras frutas, y si me gustaran, ¡las uvas son las mejores! ¿Quieres un poco?
—¡Sí quiero! —asintió eufórica, aproximándose al racimo de uvas dispuesta a robar una, pero siendo detenida por la dulce niña pelirroja— ¿No me quieres compartir?
—Si quiero, pero para tener uvas tenés que “desbloquearlas”, como ese videojuego que nos prestaron el otro día donde había que desbloquear cofres con llaves.
—¿Y donde esta el cofre y la llave para las uvas, Yerm?
—Aquí está el cofre —murmuró la menor de las dos, señalando sus labios— y aquí está la llave —y esta vez, señaló los labios de la contraria— ¡Si los juntas vas a desbloquear las uvas!
—¡Era más fácil pedirme un besito, Yerm!
—¡Pero así es más divertido!
La mayor río dulcemente y se acercó a darle un pequeño beso a su amiga en los labios, siendo recompensada por unas cuantas uvas.
Así es como ella y la dulce niña pelirroja decidieron que era buena idea seguir viendo por el resto de la tarde a ese par de niños revolotear aquel barrilete, mientras comían uvas abrazadas como ya se les estaba haciendo costumbre.
ESTÁS LEYENDO
「 Grapes. ፧ WenRi 」
Short StoryAquella pelirroja que le había robado el corazón a Seungwan en el orfanato de su infancia y había desaparecido sin dar explicación alguna, vuelve a la vida de la joven que es incapaz de reconocerla a ella y a sus extrañas intenciones. Fanfic WenRi...