la Isla

10 1 0
                                    

Ahora los Ester y Zam se encuentran en una playa deciertica y con unas pocas palmeras con cocos, todo es desconocido para ellos.

- ¿no reconoces nada? Porque yo ni un grano de arena- le dijo Zam a su amiga para distraerla de esos pensamientos pesimistas que a veces se mete.
- no, no reconozco nada, pero no debemos estar muy lejos- le decia mientras buscaba algún punto de referencia.
- si, será mejor caminar rápido para llegar antes de que termine de oscurecer- dijo mientras trataba de ver cuánto faltaba para oscurecer.
-Ya falta poco para eso, mejor buscamos donde dormir y hacer un fuego- le dijo a Zam un poco preocupada de lo que vaya a pasar.
- tienes razón, por primera vez en algo  - intentando romper esa preocupación que su amiga tenía.
- Oye! Tú sabes que casi siempre tengo la razón niño peluche- le contra atacó sabiendo que no le gusta que lo llame así.
- enserio solamente dormí con ese peluche una vez y porque no tenia ninguna almohada- Zam le respondió arrepentido de haber tomado ese peluche esa pijamada mientras se sonrojaba.
- eso no era lo que parecia- le dijo lanzándole una mirada burlona- jajajajajaja- logró notar que Zam se sonrojó.
- Creo que ese sería un buen lugar para dormir- le dijo señalando un par de árboles con ramas entrelazados intentando cambiar de teme.
- excelente chico peluche- le siguió molestando- anda y busca una ramas y troncos para hacer fuego mientras yo buscaré hojas para el refugio- comenzó a recoger un par de hojas del suelo.
- nunca olvidarás eso verdad?- le respondió recicnado- esta bien nos vemos antes de que oscurezca aquí.
Nunca- le dijo con malicia.

Ya legada la noche Zam logró hacer una fogata con el mechero de la navaja multiusos que le dió su padre y con el tiempo que le sobró pescó un par de peces con una lanza rústica que hizo y Ester hizo un refugio elevado un poco pequeño para los dos en el transcurso encontró unos cocos así que no se tendrán que preocupar de la comida por ahora.

- la noche se ve hermosa  con la luna tan grande- mencionó a Ester mientras cocinaba los peces que pescó.
- sii nunca verás el cielo tan claro cuando regresemos a la ciudad- le respondió mientras se perdía en su mente mientras miraba las estrellas.
- no estás considerando quedarte verdad?- burlándose un poco mientras volteaba los troncos con una rama.
- ¡nooo!- le negó casi grtando- Ni de broma, tengo mucho allá y muy poco de eso quiero per..perderlo- apenas podía aguantar las lagrimas.
- oye no te preocupes mañana nos levantaremos y llegaremos a la chosa y comeremos algo decente- la abrazó intentando consolarla- oye hablando de comida ya está listo el pescado.
-...esta bien- le dijo mientras se levantaba para agarrar el pescado- que rico brocheta de pezcado- le sonaban las tripas  así que sin importar que no tuviera casi sabor tenía que comer.
-Ya verás-le dijo mientras le pasaba uno de los cocos que Ester consiguió- llegaremos a casa.

Después de comer los dos tuvieron que acostarse juntos ya que no había mucho espacio, esa noche no lograron dormir mucho.

Regreso Al OrigenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora