Kun dejo escapar un gruñido y miró un momento al cielo tan azulado.
—Kun-ge ¿te puedo abrazar?—
El rubio se abrazo así mismo fingiendo tener frío, lamentablemente aquélla no era la razón. ¿porque tener frío si vestía con dos playeras, dos polares y una chaqueta bastante rellena y abrigadora? Y como olvidar, su pantalones de algodón calentitos. Había que ser idiota para no darse cuenta, Kun era un idiota.
—como quieras, siempre terminas haciéndolo...—
y antes de que pudiera terminar, YangYang se encontraba sobre él, sobando sus dos mejillas mientras lo abrazaba con fuerzas.