Capítulo 16

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Capítulo 16

Dentro del vestuario no es que todo estuviese muy limpio, a pesar de ser el de las chicas y, por norma, tenía que estar pulcro.

Habían botellas de coca cola esparcidas por el suelo y también unas latas dr cerveza. Parecía que se habían montado una buena fiesta ahí dentro. En un lado vi un armario, bastante desaliñado, y lo abrí. Ahí estaba el chándal que tendría que llevar a partir de ahora. Lo saqué haciendo muecas de asco. Estaba sucio y olía raro. Estaba claro que me lo llevaría a casa para limpiarlo...

Empecé a vestirme pensando en una cosa que me había sorprendido. Daniel estaba ahí. Parecía un monitor. No del rango que era el chico ese intimidante, pero sí algo importante. Pero ¿Por qué no me lo había dicho antes?

Unos golpes en la puerta devolvieron a la realidad cuando me estaba atando las bambas.

-¿Estas ya?- gritó al otro lado de la puerta la voz inconfundible del chico corpulento que daba miedo.

-Sí- contesté cansina-. Ya salgo.

-Hay que ver como tardais las chicas...

Abrí la puerta de golpe, un poco molesta por su comentario, encontrándome con su cara sorprendida.

-Yo no soy como las demás chicas, tenlo claro- dije mirándole a los ojos, lo mas seria que pude.

Pasé por su lado y por el lado de Daniel, que iba con él, sin dejar de escuchar pequeños comentarios que decían.

-Tiene bastante carácter, ya lo ves...- le susurró Daniel, mientras me alejaba.

La voz del chico corpulento e intimidante me llegó muy levemente.

-No está mal, puede servirme...

Continué caminando un poco confusa. ¿Servirle? ¿Para qué? Supuse que se refería a que haría buenas clases o podría con lo que nos hiciera hacer...

Me coloqué un poco alejada de los demás alumnos. Noté que había uno de ellos, de ojos claros y azules, con poca barba, que no dejaba de mirar nervioso a todas partes. Debía tener unos dieciocho años. No era muy alto y tampoco parecía muy fuerte. Me apostaba todo a que sería uno de los que se marcharían primero.

-En la primera clase- dijo el chico con Daniel callado a su lado, quién seguía sin dirigirme la mirada cómo si no me conociera, lo cuál me irritaba bastante- voy a haceros luchar entre vosotros para ver vuestros conocimientos.

Todos empezaron a hablar y cuchichear, sorprendidos y asustados. Yo me estremecí. La cosa no pintaba bien si me tocaba luchar con alguno de los alumnos que habían. Eran todos bastante cachas por así decirlo. Me tumbarían a la primera.

-El primero en luchar será...- miró una lista, pasando el dedo por ella, cómo inspeccionándola- Mark, Mark Evans... ¿Quién es Mark Evans? Que de un paso adelante y se situé en la moqueta que he colocado.

Señaló una moqueta azul que tenía debajo de sus pies. El chico nervioso, de ojos azules y con poca barba, se acercó tembloroso y se quedó donde le habían ordenado.

-Y...Quién va a luchar con él...- siguió inspeccionando su lista. Daniel seguía mudo a su lado.- ¡Je! Nuestra gran celebridad. Sandra.

Le miré con rabia. Seguro que lo hizo queriendo. Sacar a los dos más 'flojos' de la clase. Avancé con seguridad. No pensaba mostrar ningún tipo de debilidad, que era lo que el tipo ese estaba esperando, de eso estaba segura. La rabia hacia Daniel también ayudó a mi forma de actuar.

Me puse dónde el chico me ordenó sin apartar mi mirada de él.

-Esto será divertido- sonrió susurrándole a Daniel, que asintió sin cambiar el rostro sereno que había llevado desde que habia entrado en ese edificio.- Vamos, empezad a luchar. El primero que caiga y diga que se rinde, pierde.

Miré a Mark. Él hizo lo mismo. Los dos pensábamos igual. No queríamos hacerlo... nos quedamos quietos unos cuántos segundos. Mark me miraba nervioso y con miedo. ''¿qué hace aquí si no le gusta luchar?'' Mi consciencia me contestó por motu propio. Tal vez venía por la misma causa que yo. Saber defenderse. Pero no se le notaba muy convencido de querer aprender sobre ello.

El chico corpulento me dio un empujón tirándome al suelo.

-¡Vamos! ¡Niñita! - me gritó fuerte.- ¡Levanta y lucha! ¡¿Para que se supone que venís?!

-No...- le miré con rabia, incorporándome.- Yo no he venido a pegar a nadie... he venido a aprender cómo defenderme.

-Para ello tienes que aprender a parar los ataques del contrincante.

-Pero no pegar. No pienso hacerlo- me levanté poniéndome a su altura. O eso intenté ya que me sacaba una cabeza como mínimo.

-Creo que no entiendes nada...- me agarró del cuello, dejándome respirar muy dificultosamente- Aquí vienes a ver lo que puedes encontrarte en estas callejuelas de Londres y cómo defenderte de ellas. Si no piensas pegar vas mal- cada vez iba apretando más. Cerré mis ojos con fuerza. ¿Es que nadie pensaba hacer nada?- Para defenderte a veces hay que contraatacar. ¿Lo entiendes princesita?

-Kevin. Déjale...- dijo nervioso Daniel. El aludido me soltó en el suelo y se giró hacia él. Daniel tragó saliva- quiero decir... no vale la pena malgastar el tiempo en... niñitas ¿No?

Kevin le miró de reojo bastante enfurecido, pero se giró sacudiendo la cabeza en tono afirmante.

-Tienes razón, Dani- sonrió divertido- vamos a hacerlo más divertido. Vete a tu sitio Mark, que entre John.

Un chico de los que estaban más fuertes avanzó hacia dónde hacia unos segundos había estado el nervioso Mark. Tenía el rostro serio y frío. No parecía albergar ningún tipo de sentimiento dentro de él. Daba miedo...

La voz de Kevin sonó a mis espaldas como un susurro que me hizo estremecer.

-Ahora... luchad.

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