Somos una familia

momentos

Un camino largo hacia la casa de harumin. La conversa no se acaba compartiendo los momentos que no vivieron juntas el tiempo fue lento apoyando al ambiente cambiar a uno cómodo y agradable que sería el recuerdo que están juntas después de cuatro años.

-llegamos – dice harumin, saca las llaves abre las puerta – por favor pasa

-está bien – pasa después de harumin – bonita casa

-gracias – deja las llaves en la mesita de alado, sigue a la comedor, matsuri solo la sigue. Deja las bolsas en el mesón saca las compras mira a matsuri – y que quieres comer?

-eh...yo solo te acompañe, no creo que voy a quedarme a comer (idiota)

- te dije que te voy a dejar en mi auto...que quieres?

-lo que tú ya tenías planeado cocinar

-está bien (que debería decir)

Matsuri se arrima al mesón sin dejar de ver a harumin con una sonrisa. Mientras ya comenzó a cocinar. Los segundos siguen los pensamientos de que debe decir están en las dos... los minutos siguen y el mismo pensamientos está pero no cambie el ambiente.

-hiciste amigos en la universidad? – rompe el silencio harumin

-tengo un amigo mejor se llama Javier – responde

-(Javier) solo a el

-si...es una persona muy agradable, inteligente.

-ya veo

Las preguntas sobre Javier seguían. Javier 24 años, graduado administración de empresas, conoció a matsuri en el primer semestre por un trabajo en grupo, compañeros de locuras, borracheras. Él era único se entendían los dos. Harumin dejo de preguntar al enterarse que Javier tenía pareja. Las preguntas continúan.

-tus ¿padres?

-ellos...creo que trabajando como siempre... la verdad es que no sé nada de ellos solo se van – dice con tanto de tristeza

Harumin se da cuenta que no debe tomar ese tema piensa rápidamente otras preguntas las cuales matsuri responde sin ningún problema, le cuenta anécdotas, compartía sucesos de los primeros meses en estados unidos como ella aprendió el idioma, muchas otras cosas.

Después de un buen rato de conversación la cena ya está lista. Toman asiento.

-se ve delicioso – dice matsuri – gracias por la comida.

-gracias por la comida

Toma un buen trozo matsuri.

-te gusta?

-si está muy rico...cuatro años y tu comida sigue igual de rico

Harumin sonríe, un leve sonrojo, ella también sonríe

Otro momento compartiendo juntas, una sonrisa surge al mirarse directamente, corazones latiendo, pensamientos de te amo el miedo entrometiéndose no deja que salga solo con pensarlo se sonrojan.

La cena se ha acabado.

-gracias por la comida – dicen las dos juntas.

-gracias por invitarme a tu casa harumin me alegraste el día

-de nada, suerte que estabas en el parque tú también me alegraste el día...

El silencio otra vez esta es cómoda no importa si pasa horas es simplemente el agrado de estar alado es suficiente. Unos minutos después harumin se levanta recoge los platos.

-yo te ayudo! – se levanta rápido que sorprende a harumin

-estoy bien, solo espera...mira televisión si te apetece

-(eso llevo haciendo cuatro años) está bien

Mientras harumin lava los platos, matsuri está sentada en el sofá viendo la televisión de reojo ve a la mayor.

-ten – dice harumin dándole un vaso con helado, lo coge y da las gracias. Se sienta alado de matsuri apoyando su cabeza en su hombro, rápidamente late su corazón el de matsuri – ya me vi ese episodio

-de ¿Qué se trata la historia?

-es una historia de amor, drama la cual nunca falta... todo comienza desde que es un niño no sabe que exactamente es el amor, adolescente lo oculta, adulto te acuesta con el pero el miedo hace que digas cosas que te arrepientas...y el amor de tu vida haces que se vaya a estados unidos. Mi pregunta que tiene estados unidos, porque siempre se van.

-no lo sé. Pero se te olvido una cosa

Alza su cabeza y mira a matsuri – que se me ¿olvido?

-que en el también sufrió...siempre estuvo en su mente nunca dejo de pensarlo cada minuto lo recordaba, el dolor de no poder estar con el lastimaba cada día... harumin yo lo sentí... tome una decisión de olvidar en dolor pero no sirvió, puede haber pasado cuatro años las cuales no cambio el amor por ti...te amo Taniguchi harumin y siempre lo haré.

Lagrimas se deslizan por las mejillas de harumin, se tapa el rostro con sus manos.

-harumin no llores por favor – dice en un tono amable, suave

-es...eso estuve...haciendo cuatro años

Matsuri agarra las manos de harumin apartándoles de su rostro. Las sostiene se acerca besa la mejilla derecha se siente el ardor de las mejilla.

-harumin perdóname... por favor - besa la otra mejilla – por favor

-tú también perdóname...quédate conmigo

-me quedare toda la vida

Cierran los ojos, siente las respiraciones, un beso suave, lleno de amor, felicidad. Unos segundos, lo único que falta es el aire.

-yo también te amo – susurra.

Volvieron a unir sus labios, harumin abraza por el cuello a matsuri, por la cintura, acercándose más, los segundos pasan se separan por aire. Sonreír el mirarse. La mejor sensación volver a unir sus labios que cada vez se vuelve más apasiona, el deseo de tocarla se vuelve más necesario, adicto y codicioso. Harumin se recuesta en el sofá, rápidamente va matsuri y la besa.

----------------------------------------------------

-(es tan hermosa) pensamientos de matsuri, coloca mechón de pelo atrás de la oreja (es tan suave) acaricia la mejilla. Besa su frente, se levanta. Mira el reloj en la mesita de alado (¡mierda! Es tarde)

Pasan unos minutos abre los ojos lentamente harumin.

-(¿matsuri?) Pensamientos de harumin – no hay nadie a su lado, agarra el edredón – (matsuri: me quedare toda la vida)

Suelta el agarre. Ella se levanta va directamente al baños.

Unos minutos después sale del cuarto

-(prometiste que...)

Ve a matsuri cocinado, ella voltea a ver.

-buenos días harumin – dice sonriendo – dormiste ¿bien?

Harumin sonríe – (me quedare toda la vida) buenos días matsuri

-----------------------------------------------------

hola chidoris como están?

espero que super bien

se que les había dicho que hoy es el final pero bueno . mañana es el final definitivo. lo siento soy pésima cumpliendo promesas.

gracias por leer, votar 

-los quiero mucho