11 -[...felices...]

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La música, así como crea bellas armonías y sentimientos, también saca a la luz la más perversa oscuridad de uno. Todos merecemos poder amar la música, independientemente de quien la toque pero, algunos no pueden soportarlo.

BaekHyun recordó al chico de su primer recital, ese que iría antes que él y que intento intimidarlo por no poder hablar. El chico fue impresionante pero, tras ver y escuchar a BaekHyun en los ensayos, se volvió tan agresivo que llego a agredir a sus propios compañeros de escuela y término saboteando el preciado arco de BaekHyun, ese que llevaba usando por cinco años. Otro de sus compañeros le cedió su arco y pudo tocar sin problemas, pero la terrible impresión de lo que los celos y la envidia le hacían a un músico, se quedó en su memoria.

Lo puso triste, claro que sí, pero no tanto como lo que había pasado cuatro horas antes.



KyungSoo estaba muy molesto cuando BaekHyun llego por él, tanto como para tener la quijada apretada y las orejas rojas. El músico se acercó al escritor con preocupación tras presenciar que le gritara y corriera a Sanna.

—<< ¿Qué paso?>> —pregunto mirando repetidamente al mestizo que se marchó con la mirada más triste. —<< ¿Por qué lo trataste así?>> —la forma tan desesperanzadora en la que KyungSoo lo miro hizo que le doliera el corazón.

—Me despidieron de nuevo porque el gerente me insulto y yo le respondí. Estoy harto de ser llamado amargado, muñeco o maniquí. ¿Por qué tienen que rechazarme? ¡No quiero ser como me dicen!

—<< No tienes que serlo, Kyung. Está bien. >> —intento calmarlo como antes pero KyungSoo estaba tan dolido que, por primera vez, no dejo que lo tocara y aparto sus manos, levantándose de la banca.

— ¡Tu no entiendes! ¡No tienes que pasar todo el día soportando a la gente que se burla de ti! —le grito, empujándolo de los hombros. BaekHyun lo miro tan sorprendido que el escritor lo malinterpreto —Todo el tiempo me están diciendo que no tiene sentido hablarme porque es como hacerlo con una pared, porque no me rio ni nada. Me canse de ser la burla de todos, del maniquí que no sonríe y de que crean que necesito consejos de como reír y esas cosas.

—<< KyungSoo, evitas a la gente porque no quieres tratarla. No es culpa de ellos si tú también los rechazas cuando quieren hablarte. Como Sanna. >>

El de cabello oscuro lo miro ofendido. — ¿Mi culpa? ¿Es mi culpa?

—<< Eres muy bueno, Kyung, pero estas totalmente cerrado a la gente y no intentas entenderlos a pesar de que pides que te entiendan. >> — BaekHyun movió sus manos con paciencia, intentando que la tensión no aumentara. —<<Sé que te frustra que siempre te estén diciendo que es difícil tratarte porque no sonríes o que te critiquen por ser tan serio pero la verdad es que, desde que te conozco, solo te has quejado de ellos pero no te has dedicado a hacerlo contigo. Tu actitud a veces lastima y no siempre eres la víctima. >>

KyungSoo abrió la boca con indignación, mirando a BaekHyun como el más grande traidor de todos. Le tomo la muñeca con la misma mueca, dolido. —Creí que eras el único que me entendía. ¿Es así como me has visto todo este tiempo?

BaekHyun negó con impaciencia, tomando con su mano libre la muñeca de KyungSoo. —<< Entiéndeme ahora, KyungSoo. Yo quiero que todos sepan lo maravilloso y talentoso que eres pero estas tan resentido con el mundo que no ves que no soy el único que lo quiere. >>

—Pero si tú no eres un santo, estas peor que yo. — de verdad que le dolía y tal vez por eso no podía controlar su lengua. —Mudo por la vida, limitado a tan pocas oportunidades e ignorado porque es problemático entender tus manos. — supo que las palabras que jamás quiso pronunciar, habían apuñalado el corazón de BaekHyun cuando este lo miro con los mismo ojos que tuvo cuando sus compañeros le dijeron que no lo invitarían a sus salidas porque nadie sabía LDS.

Y se sintió peor.

BaekHyun lo empujo con una repentina fuerza, tomo la mochila que dejo en la banca y se marchó corriendo.



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Él sabía, claro que sí, sabía que la gente no estaba obligada a aprender LDS y que a veces las miradas de cruda curiosidad eran dolorosas, porque se sentía un bicho raro. ¿Cómo no iba a entenderlo?

Él sabía que, por el resto de su vida, iba a tener que llevar un celular o un pizarrón blanco para que la gente "normal" pudiera entenderlo y que tendría todos los prejuicios del mundo por no hablar como le gustaría. Jamás podría unirse a sus amigos en el karaoke, ni gritarle animo a su maestra cuando se casara, ni decirle a KyungSoo lo importante que era para él... ni contarle al mundo que él era tan digno como todos a ser incluido y tomado en cuenta.

Y por primera vez en años, se odio por ser mudo.




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Kairosclerosis *[SooBaek/BaekSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora