Cap 1

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– Yo...  Yo ya no puedo continuar. Realmente pensé que... Que tu algún dia....

La joven mujer ahogo un pequeño sollozo ante sus palabras. Lágrimas rodaban por sus mejillas mientras traba de contener su dolor..

Singto, siempre pensé que algún dia.. algún día cambiarias, pero no.. Todo tuvo que llegar a hasta esto. Yo.... Yo ya no puedo continuar. Dijo ella entre dolorosas lágrimas miéntras extendía su mano con la pequeña promesa que alguna vez se hicieron. – Divorciemonos..

Una lágrima rodó por la mejilla de Singto al escuchar esas palabras de su amada esposa. Ella lo era su todo y aunque el la amaba con locura la había lastimado y ahora solo había una cosa que podía hacer. Por lo que el solo asintió levemente a su pedido, tomo la pequeña alianza con la cual le juro amor eterno y luego vio como el amor de su vida se alejaba lenta y dolorosamente de el.

– Realmente lo siento. Singto susurro sosteniendo con fuerza la urna entre sus brazos, dejando caer sobre esta amargas lágrimas que demostraban el profundo dolor y amor que sentía.

Su corazón dolía. Lo había perdido todo. Fue un completo idiota y ahora ya no había nada que se pudiera arreglar.

– Si estuvieras aquí juro que haría todo de manera diferente.

Pero no había forma de volver las cosas atrás, no había manera de que todo cambiará y volviera a su lugar. Singto había perdido a sus padres desde joven. Tuvo que hacerce cargo de la empresa que le heredaron y además tenía una enorme responsabilidad de la cual ocuparse, pero el era joven e inexperto y las cosas que venían por delante nunca se las había visto venir...

– Cometí tanto errores. Ya no puedo seguir, no así.

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Kongpob ladeó su cabeza con frustración mientras observaba la solicitud frente a él. Ya hace un tiempo había decidido que carrera hacer y qué cosas quería para su futuro. Incluso había planeado cada momento y cada segundo de su vida basándose en lo que el anelaba. La carrera que el soñaba, pero nunca se imaginó que terminaría por cursar una carrera que no quería y mucho menos que no tuviera opción o elección alguna sobre su vida.

– No quiero hacer esto! Kongpob susurro suavemente.

El no quería desafiarlo..

– Lo harás. Debes hacerlo y no se diga nada mas.

– Pero yo....

Kongpob trato de objetar, llorar y patalear, pero el sabía que eso sería inútil. El no cambiaría de parecer y eso es algo que el ya había aprendido.

– Shhh. Escúchame ya no eres un niño, debes tomar las riendas. Madura de una vez.

Kongpob dejó escapar un suspiro ahogado en cuanto la puerta de su cuarto se cerró. No podía creer que aunque el ya fuera mayor de edad aún continuaba bajo el poderoso escrutinio de hacer lo que le dijeran pero así era y no le quedaba nada más que hacer caso omiso a las órdenes que se le habían dado...

Ya había pasado una semana desde aquella charla donde se dejó en claro que su vida no le pertenecía. Donde claramente se le había explicado por millonesima vez que el simplemte debía obedecer a las órdenes que se le dieran por hacer. Así que sin más forzó una pequeña sonrisa y miro una vez más su cuarto tratando de tomar todo el coraje ante de comenzar su largo viaje hacia una carrera que el no deseaba y hacia un futuro que para el era más que nada desastroso pero que aún así era su futuro.

– Kong, mi amor avísame cuando llegues!...

– Si mamá..

– Lo digo encerio, mándame mensaje. Llámame a diario y no olvide que te amo..

Kongpob río ante esto último el iba a extrañar eso. Cuatro años fuera de su casa era algo nuevo, pero necesario y lo que más iba a extrañar era la escasa pero suficiente demostración de amor y aprecio.

Un pequeño abrazo no correspondido por parte de kongpob se dió en el lugar. Lágrimas luchaban por brotar pero el las contuvo.

Luego del pequeño momento que se aseguró de atesorar para siempre kongpob salió de su casa y se dirigió hasta el auto que lo esperaba afuera. Antes de subirse a este miro una vez más a aquello que dejaba atrás y mientras trataba de no llorar levemente susurro aquellas palabras que no se atrevió a decirle a su madre cuando ella se las dijo.

– Yo.... Yo también te amo...

Miro una vez más a su entorno y en el segundo piso lo vio el estaba ahí dándole una mirada fría como muchas otras que ya antes le había dado haciendo que su sangre se helara por un breve momento. Pero sin importarle aquella expresión kongpob le regalo una cálida sonrisa como una pequeña despedida y finalmente se subió al auto que lo llevaría a aquello que lo habían obligado a iniciar.

– Ojalá tú también me amarás..

I forgetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora