Capitulo 18

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El primer día había hecho muchas actividades: aprendieron a hacer fogatas, manualidades, pescar e hicieron un círculo alrededor de una fogata. Yena había pasado todo el día con Yuri, para la alegría de ella, ya que le habían colocado en su grupo de expedición, junto con Yiren, otra vez.

Así que mientras las tres andaban por el sendero, estaban dando una caminata con el resto del grupo, podía observarla todo el tiempo que quisiera.

Yiren charlaba con ella, pero Yena no le prestaba la gran atención, y cada vez que Yiren parecía querer tocar a Yena, la pelinaranja llamaba a la chica para que fuera adelante con ella. Yena pensaba que era debido a que Yuri no quería estar con ella, eso la deprimió, pero volvió a estar feliz cuando tuvieron que agarrarse de la mano, para cruzar el río sin caerse. La mano de Yuri, era cálida y su piel extremadamente suave, sintió un choque eléctrico recorrerle todo el cuerpo cuando la tomó, fue una lástima que tuvieran que soltarse al llegar a la orilla.

-Me duelen los pies- Dijo Yiren al rato, los otros grupos estaban unos pasos más adelante.

Yena había notado las miradas desaprobadoras de sus amigas, cada vez que la pillaban mirando a Yuri. Había intentado evadirlas cuando tuvieron que cruzar el río, ya que sospechaba que más tarde la reñirían por mostrarse como una boba al agarrar la mano de Yuri.

-Podría cargarte- Ofreció Yena y por un momento la pelinaranja delante de ellas les prestó atención, ladeando la cabeza para escuchar mejor. Yiren sonrió a la rubia.- Pero ya que a mí también me duelen las piernas, no lo haré.

-¡Oh, vamos!- Dijo dándole un golpecito juguetón en el hombro, Yuri bufó.

-Dejen de hacer el tonto. El grupo nos está dejando atrás, fenómeno- Dijo y se fue unos pasos lejos de ellas, avanzando, y las dos chicas se apresuraron a alcanzarla.

Al llegar a la cascada todos quedaron impresionados, caía sobre unas rocas enormes y el agua parecía transparente. El profesor pidió a los estudiantes no perderse entre el bosque y que nadaran con precaución. Yena recordó haber visto el bañador celeste de Yuri, por debajo de su camiseta blanca. El corazón se le aceleró, la vería casi desnuda, casi, ya que la pelinaranja tendría su bañador, pero, sintió como las manos de su amiga la jalaban y la llevaban a un lugar más apartado.

-Ni creas que vamos a dejar que pases el ridículo allí, mientras miras a esa perra- Le dijo Minju y Chaeyeon asintió.

-¿D-De qué hablan?- Preguntó, nerviosa.

-Hablamos de que aún no se había quitado la ropa y ya estabas babeando- Le retó la pelimorada y Yena se impresionó, le habían dado justo en el clavo.

-Yo no estaba haciendo eso.

-¡Claro! No planeabas quedártele mirando mientras se desvestía, ¿verdad?- Pregunto Minju, sarcásticamente, y Yena se sonrojó.

-¡Si lo ibas a hacer!- La acusó Chaeyeon, muy exasperada.

-Yo soy un ser humano, perdonen- Dijo apartándose malhumorada de sus amigas.

-Ahora, vamos nosotras a bañarnos.

Chaeyeon y Minju la siguieron, aun enumerando las razones por las cual Yena era una idiota, y se encontraron a Ryujin con un bañador verde en la orilla de la cascada. Las chicas ya se habían quitado la ropa, Yena llevaba un bañador con la parte superior de color rosado y la inferior negra. Ryujin silbó a verlas.

-Vaya, Choi. Quien diría que estuvieses tan buena- Se burló su amiga picoteando sus pequeños abdominales y Yena le dio un empujón, haciendo que cayera al agua.

Las tres empezaron a reír al ver el cabello empapado de la pelicorta, parecía un perro mojado.

Yena intentó no gritar tan alto cuando Minju la tumbó a ella también. Al hundirse en el agua su piel se erizó, estaba fría, muy fría. Se cubrió los brazos con sus manos y comenzó a frotarlos, miró a Minju con ojos amenazantes.

          

-Me las pagaras, sapo loco- Dijo señalándola con el dedo y su amiga le mostró la lengua.

-Dios, no, Yena. No actúes tan idiota, por favor- Le suplicó Chaeyeon y la rubia no entendió.

Eso, hasta que escuchó la risa de Yuri. Se encontraba un poco más lejos, bajo la cascada, riendo con sus amigas mientras se mojaban entre ellas. Yena quedó sin respiración.

¿Qué era el oxígeno?

¿Se comía?

Allí estaba Yuri, con su perfecto cuerpo de gimnasta y la piel bronceada, llevaba el bañador celeste que ya le había visto antes, y con el cabello mojado, peinado hacia atrás, dejando relucir su brillante frente sin ningún flequillo molestándola. Reía mucho y en serio, Yena sentía que se le iba a salir el corazón por la boca.

Se dio la vuelta, dándole la espalda y levantó el rostro hacia el cielo, con los ojos cerrados.

-¿Qué haces?- Preguntó Ryujin, su amiga rubia movía los labios en silencio.

-Rezando.

-¿Para qué?- La pelicorta estaba confundida.

-Para no tener que dormir en la misma tienda que Yuri, no podré soportarlo- Dijo aun con los ojos cerrados.

-Amén- Murmuraron Minju y Chaeyeon.

-Son unas exageradas- Ryujin rodó los ojos.

Duraron un rato chapoteando felices. Yena hundió a Chaeyeon por las piernas y ella comenzó a perseguirla mientras la rubia corría, huyendo. Yena no vio a quien tenía en frente, sólo estaba concentrada en alejarse de su molesta amiga.

-¡No huyas, Choi!

-¡Que crees que estoy haciendo!- Dijo riendo y escuchó un grito, antes de chocar con un cuerpo.

Le dio tiempo a rodear el cuerpo cálido con el que había chocado, a la vez que unos brazos la abrazaban por el torso con fuerza, debido al impacto. Soltó un grito mientras ella y su acompañante resbalaban por las rocas y caían al agua helada.

Se abrazó a la persona mientras se hundían y las dos flotaron a la superficie, después de toser, vio el cabello naranjo claro de Yuri y tensó el cuerpo. La chica seguía abrazada a Yena mientras tosía el agua que había tragado. Chaeyeon las observaba desde la orilla, con los ojos abiertos.

La pobre pelinaranja no paraba de toser, separó el rostro del pecho de Yena para mirarla. La menor estaba temblando y no era por el frío.

-¿Pero qué...?

-Perdón, yo...- No pudo hablar, ya que sus rostros estaban muy cerca, Yena se perdió en esos ojos chocolate que tanto la volvían loca.

Yuri tampoco dijo nada, también la estaba mirando a los ojos. Solo hicieron eso, duraron unos segundos en silencio, perdiéndose en los ojos de la otra y Yena podía sentir que se moría por besarla. La necesidad fue tanto que se alejó un poco de ella, buscando espacio personal, y logrando que Yuri también reaccionase. Sus mejillas se tornaron rojas y se alejó del cuerpo de la rubia, observándola con enojo. Yena experimentaba un cosquilleo recorriéndole la piel, ya que había sentido la de Yuri sobre la suya.

-Ten más cuidado, imbécil- Dijo apartando sus brazos y alejándose de Yena.

-No te vi.

-Ya veo, eres una ciega- Le soltó respirando muy agitada, Yena seguía viéndola a los ojos.

-También te pasa por estar en el camino de una- Soltó para fastidiarla y se echó el cabello mojado hacia atrás mordiendo su lengua mientras la veía fijamente con una sonrisa.

Yuri no dijo nada durante unos segundos, observándola y parpadeando rápidamente.

-¿Se te fue la voz?

Esa pregunta hizo que Yuri sacudiera la cabeza para así concentrarse y volviera a hablar, cada vez más a la defensiva.

-Cállate- Las espetó aún más enojada y con las mejillas ardiendo, se dio la vuelta y se alejó nadando, hasta llegar a donde su novio.

Yena salió y fue hasta donde Chaeyeon con una sonrisa, su amiga la veía rodando los ojos.

-Eso fue...

-Patético- Le soltó, pero después abrió los ojos mirando detrás de Yena.- Te van a joder.

Yena siguió su mirada y vio a lo lejos como Hyunjin la asesinaba con los ojos, parecía muy furioso mientras abrazaba a la joven pelinaranja. Yena le devolvió una mirada dura, pero por dentro sintió nervios, tenía en cuenta que pagaría por esto en la escuela.

Intentaron ignorarlo y se fueron a nadar, duraron toda la tarde feliz y en la noche decidieron comer al lado de la fogata.

Cabe decir que Yuri, aún ignorando por completo a la rubia, lucía hermosa con la luz rojiza del fuego iluminándole el rostro. El problema fue a la hora de asignar las tiendas. Yena no creía que su suerte fuera tan mala, pero, como siempre, se equivocó.
















En un rato actualizo dos capítulos más.

Rivales • YulYenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora