Round 24: Venganza

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Mi cara estaba mojada, me desperté sin respiración, como si me estuviera ahogando, desesperada mire para todos lados y me encontré con Khalan calmándome, moviendo las manos pero no lo escuchaba.

- ¡Cálmate! – me grito y pude escucharlo aún aturdida

- Que... que, que paso? – hable jadeando

- Nada – levanto sus manos para calmarme

Mire para todos lados, y no sabía dónde estaba, bajo una ducha era obvio, y estaba helada, el agua que caía estaba helada, yo estaba temblando y mi ropa estaba empapada.

- ¿Esta es tu casa? - le pregunté

- Si – respondió calmado mientras abría mas el agua fría y cerraba un poco la caliente.

- ¿Que hora es?

- Van a ser las 12

- ¡Los chicos! – grite y quise salir de la ducha pero ni si quiera aplicó fuerza sobre mis hombros para retenerme

- Ya lo arregle – me dijo y yo lo mire extrañada

- ¿Que hiciste? – pregunte asustada

- Makena tiene tu camioneta, ella va a buscar a los chicos

Relaje un poco más mis hombros y me quede bajo la lluvia, aunque el agua estaba helada ya me estaba acostumbrando. Cuando baje la mirada Khalan me veía sentado desde el retrete con una media sonrisa en el rostro.
Ignore su sexy y estúpida sonrisa mirando mí remera empapada y observando lo translúcida que puede ser una remera mojada para alguien sin sostén puesto, inmediatamente me cruce de brazos cubriendome.

- ¿Tengo que salir así, con toda la ropa chorreando? – le pregunté

- No, ahí tienes ropa – señalo el lavabo donde me había dejado ropa

Él salió del baño para que pudiera cambiarme, deje toda mi ropa mojada en su ducha y me puse ropa que parecía de él. La remera me quedaba gigante pero al menos no se marcaba nada que ya haya visto a través de esa remera mojada. Los pantalones de gimnasia me los tuve que poner también sin ropa interior y debo de admitir que es bastante cómodo y refrescante.

Salí del baño y Khalan estaba sentado en un lujoso sofá negro de cuero. La verdad es que no me había dado cuenta, pero su baño era enorme, casi como mi habitación, tenía una bañera y una ducha, un lavabo doble, y un WC reluciente de brillo, las paredes de un azulejo que simulaba madera y una loza radiante que calentaba mis pies mientras brillaba de blancura. Cuando salí del baño estaba en una sala, había un sillón negro grande y dos pequeños rodeando una mesa, un ventanal gigante con cortinas blancas que dejaba a toda la sala con luz natural. Una chimenea, arriba un led y al costado la puerta de salida a lo que supuse es su patio.

- Te queda bien esa ropa – dijo sacándome de mi inspección mientras se reía

- Ja - exclame sarcásticamente. Me quede parada a la salida del baño hasta que él se puso de pie

- Sígueme – me ordenó

Cuando me di vuelta y me percaté de que había una pared con una barra, del otro lado estaba la cocina, que se podía entrar por cualquier lado ya que era todo amplio y no había una puerta de entrada.
En la cocina me senté en una banca que había en la gigante isla que tenía, esperando verlo hacer lo que hiciera. Casi todo era blanco, la mesada, la isla, las bancas de madera oscura y el suelo también blanco, menos las cosas que habían de color gris como la cocina, la heladera, la canilla y otras cosas.

- Deja de examinarme - hablo de la nada, yo lo mire y él estaba sacando un vaso de la alacena también blanca.

- No pensé que tu casa fuera, así... - titubee

El knocaut del amor (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora