Estados Anormales

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—¿Lo disfrutaste?

—Poquito.

—Jajaja, mentirosa, tenías una gran sonrisa.

Me encontraba recostada sobre el pecho de Rose mientras ella acariciaba mi espalda baja.

—Era por la moto, la moto.

—Pues bien, guárdala en tu inventario, es tiempo de irse.

—Pero no tengo espacio.

—Pon algunos puntos en sabiduría o aprende más sobre magia espacial.

—Puntos... Nunca los gasté, menos aún desde...

—¿Pereza?

—Maldita pereza, creí que me había deshecho de ella.

—No te deshaces por completo de un pecado; aunque lo controles, te seguirá afectando en pequeños detalles.

La ira, te hace ser grosera a la menor provocación —

—Así que era eso —¿Cómo no me di cuenta?

—La lujuria... Bueno... —apretó mi vagina desde atrás y yo gemí—. La pereza te hace olvidarte de pequeños detalles.

—Tantas cosas cobran sentido ahora.

Me levanté y moví mis estadísticas

[Nombre: Rika.

Lvl. 115.

HP: 286
Mp: 438
St: 210

STR: 106.       INT: 236.
LUK: 96.        CHA: 196.
WIS: 146.      DEX: 166.
VIT: 276.

Puntos a asignar: 145]

Coloqué diez puntos en sabiduría (WIS), diez en Inteligencia (INT), diez en vitalidad (VIT).

Mis estadísticas cambiaron.

[Nombre: Rika.

Lvl. 115.

HP: 296
Mp: 468
St: 210

STR: 106.       INT: 246.
LUK: 96.        CHA: 196.
WIS: 156.      DEX: 166.
VIT: 286.

Puntos a asignar: 115]

Con eso bastaría. Sería tedioso ponerme a pensar en dónde distribuir cada punto, así que lo haría sobre la marcha.

[Requisitos cumplidos, espacios de almacenamiento aumentados.

Espacios nuevos: Dos]

—Rose, visteme.

Me levanté y con una nalgada, mi ropa de un inicio apareció... Aunque, para ser sincera, la nalgada no era necesaria.

Un portal se abrió y guardé la moto.

—Tengo otros regalos.

Rose me dio una computadora portátil y una maleta.

—¿Y esto?

—Una computadora que puedes usar como el celular y al ser más avanzada que las de la tierra, le podrás sacar mucho provecho... Aunque luzca como una portátil normal.

—Entiendo ¿y la maleta?

—Conjuntos de ropa interior muy bonita, toda de tu talla y aliviará los dolores de tus nenas con magia.

—No la usaré —respondí con una sonrisa cínica—. Jazz, vamonos.

—¿Eh? Ahh, si —estaba dormida, así que, adormilada, se acercó y tomó mi mano.

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¿Debería vestirse primero?

No.

Atravesamos el portal y llegamos a mi departamento en la tierra. Debía haber pasado un año. Sorpresivamente, aunque los muebles estaban cubiertos por plástico, en el lugar no había polvo.

Seguro han estado viniendo a limpiarlo.

—La tierra... —Jazmín tenía mala cara; seguro recordó a Zoe. Sabía que la veríamos y ella no le agradaba.

[Advertencia.

Sistema "Mundo de video juego" en reinicio...

Volviendo a funciones iniciales...

Recuperando datos...

Guardando...

Respaldando...

El sistema será desactivado para su optimización.

Será imposible acceder a las funciones del sistema hasta nuevo aviso]

Era tal como dijo Rose.

[Reactivando metabolismo...

Reactivando funciones biológicas...]

Alto... ¿Qué?

[Sistema desactivado.

Funciones biológicas recuperadas.

Advertencia.

Vulnerable a:

Heridas fatales.

Enfermedades.

Embarazo.

Daño orgánico por mal cuidado o alimentación.

Parásitos.

Condiciones anormales]

[Tiene ocho horas para liberar el inventario o los objetos no podrán ser usados hasta el reinicio]

—Mierda.

Bueno, con mi resistencia podría soportar hasta un disparo en la cabeza sin problema incluso sin la intervención de "Mundo de videojuego", así que no me preocupaban heridas fatales en la tierra.

En cuanto a embarazos... Era raro, pero no por eso me preocupaba.

Sin embargo...

¿Qué será eso de condiciones anormales?

Como sea...

—Jazmín, ve a vestirte.

Asintió y se fue a la habitación con las maletas que le dí. Con lo ordenada que era, acomodaría nuestra ropa en el closet.

Aproveché para revisar mis habilidades y no podía acceder a la mayoría de ellas. Me era posible usar magia, pero tenía que recordarla.

También debía estar atenta a mi consumo de Mana y estamina, pues no tenía manera de saber cuando llegaríam al final.

—Problemático.

La puerta fue abierta.

—¿Rika? ¡Hola! ¿Cuando llegaste? —Daniela entró con su llave... Vestía un poco más escandalosa que la última vez.

—Acabo de volver.

—Que gusto, no bromeabas cuando dijiste que desaparecerías; enserio te buscamos y nada, así que deberías conseguirte un celular.

—Lo sé, pero... —un fuerte dolor en mi vientre me detuvo de seguir hablando.

—¿Rika?

Me doblé por la sensación que no me dejaba respirar de forma adecuada.

Emisaria De La Diosa Del Mal 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora