Capítulo 4

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Las miradas en la cabaña compartían solo una cosa en común, la admiración por Rose; cada movimiento que ella hacia eran captados por esos ojos y no solo por ellos sino también por la sensación de sorpresa e inquietud al saber que esa misma noche la luna y el mismo amor seria testigo de esa promesa, de esa petición de ese anhelo que se demuestra con estas palabras:

"Hasta que la muerte los separe"

Solo que la despechada, afortunada sería la sorprendida, la ansiosa, la que solo sus deseos de ser feliz lucharían con sus deseos de ser amada.

Sus blancos dientes perfectamente alineados en una sonrisa actuada, practicada, ensayada ante un espejo, era la que se lucía en aquel momento y al mismo instante hablaban por ella; porque su interior explotaría con tan solo una pregunta: ¿cómo estás?

Su perfecto papel de actriz, la llevó a tomar la mano de aquel que tenía dos efectos en ella la alegría y la tristeza; la felicidad y la amargura; el amor y el odio; la fidelidad y la traición.

Sabes, creo que no es necesario explicar cuan devastado estaba el interior de Rose, es evidente que solo su verdadero ser sobresalía en la soledad, en el silencio, en lo oscuro, cuando nadie ve, cuando nadie indaga en esos pedazos rotos que alguna vez fueron una mujer fuerte

Una mujer valiente.

Esas manos conectadas simplemente por acuerdo más no por amor, dejaron que al mismo tiempo se unieran sus labios expresando el deseo de escapar de esa realidad en sus adentros.

Pero sabes que es curioso, que la única que sentía eso era Rose no su pareja.

Nunca hubo un antes ni un después en esa relación, nunca hubo un solíamos, un habíamos, un pasado. Todo solo se limitó a un presente que se esperaba no se abriera a un futuro, pero ahí estaba, viviendo ese futuro.

No sabía si tendría la suficiente fuerza y carácter para dejar esa farsa hasta ahí, había perdido cualquier rastro de esa mujer fuerte y decidida cuando lo que tenía por corazón se destrozó.

No habían risas, había dolor; no sabía cómo seguir adelante y quería saber encontrar la forma en la que pudiera escapar de eso.

No quería herirlo.

No quería lastimarlo.

No quería ver que se hubiera enamorado de ella tan fuertemente...

Porque no quería ver destruido ese amor.

Que nunca le correspondió.

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