━ 𝐈𝐈: La Casa de los Susurros

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N. de la A.: cuando veáis la almohadilla (#), reproducid el vídeo que he enlazado al presente relato y seguid leyendo. De este modo lograréis una mayor inmersión y gozaréis de una mejor experiencia.

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──── RELATO II───

LA CASA DE LOS SUSURROS

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❝ Nunca sigas las voces

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Nunca sigas las voces.

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        ABRIÓ LOS OJOS DE GOLPE. Con el corazón latiéndole desbocado bajo las costillas se incorporó en la cama y escrutó con desasosiego las inmediaciones de la habitación, en busca de aquello que la había arrancado de su apacible duermevela. Varias gotas de sudor resbalaron por su columna vertebral al reparar en que el dormitorio se encontraba sumido en la más absoluta penumbra, a excepción de algunos recovecos que permanecían iluminados por la luz de la luna que atravesaba las cortinas que cubrían las ventanas. Las sombras fluctuaban en aquellos lúgubres rincones, bosquejando tétricas formas que se proyectaban en las blancas paredes.

Veloz como un rayo, estiró un brazo y encendió su lamparita de noche. El cálido fulgor que inundó la estancia hizo que soltara todo el aire que había estado conteniendo, aliviada. Poco a poco sus pensamientos se fueron aclarando, dejando atrás la paranoia en la que se habían visto atrapados desde que aquellos perturbadores susurros se habían entremezclado con sus sueños, haciendo saltar todas sus alarmas. Respiró hondo y exhaló despacio, tratando de normalizar el ritmo de sus desbocados latidos.

Flexionó las piernas y las rodeó con sus largos y delgados brazos, para después apoyar la frente en sus rodillas. No cerró los ojos, dado que no contaba con el valor suficiente para planteárselo siquiera. En su lugar, se limitó a contemplar la piel desnuda de sus muslos. Esa pequeña —a la vez que odiosa— cicatriz que se hizo siendo una niña, mientras jugaba con su hermano en el río.

No apagues la luz ©Where stories live. Discover now