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- Mamá.

...

- Mamá.

...

- Mamá, despierta.

Despierto cuando el susurro es dirigido justo a mi oído, abro los ojos y veo a mi hija parada junto a la cama.

- Hola, bebé. ¿Qué haces despierta? - consigo decir en medio bostezo mientras mi hija espera pacientemente a que me despierte por completo.

- Mamá, ¿por qué mami está en la cama contigo? - susurra Ella otra vez.

Miro hacia abajo y veo el brazo de Lisa rodeándome y siento lo apretado que está su cuerpo contra el mío. Joder.

- Ella se quedó a dormir, ¿recuerdas?

- Pero tú dices que ella duerme en el sofá. ¿Mami tuvo un sueño feo? - pregunta con empatía.

- ¡Sí! - concuerdo rápidamente, usando su sugerencia como una excusa razonable del por qué Lisa está en la cama conmigo. Ella aún no sabe de lo cercanas que nos hemos hecho - Digo, sí, eso fue - trato de quitarme el brazo de Lisa de encima y sentarme para sacar a Ella de la habitación, pero la mujer aprieta su agarre y me atrae más contra ella - ¿Quieres subir a la cama con nosotras, Ella?

Ella asiente y salta a la cama, su rodilla me golpea en el estómago y gruño de dolor.

- Perdón, mamá.

Me las arreglo para acostarme boca arriba y aunque continúo en brazos de Lisa, ella reconoce movimiento y trata de pegarme más a su cuerpo. Ella se sienta en mi estómago, afortunadamente sobre la cobija porque aún estoy solo en ropa interior y la erección de su madre sería difícil de explicar.

- ¿Cómo dormiste, bebé? - le pregunto a mi hija que parece estar completamente despierta y luciendo una de las sonrisas más dulces que le he visto.

- Muy bien.

- ¿Por qué estás sonriendo tanto? - le pregunto de manera juguetona, picando su estómago para hacerle cosquillas. Ella niega que lo esté haciendo y esconde su cara en mi cuello para que no vea su sonrisa que pronto se convierte en una fuerte y adorable risa al sentir mis cosquillas. Mi hija se remueve encima de mí, tratando de pelear contra mis manos. Sus piernitas patalean y consigue despertar a Lisa.

- Buenos días - saluda su voz ronca, sus ojos se abren lentamente, revelando el par iguales a los de Ella - Y buenos días para ti, princesa - estira un brazo y le acaricia la mejilla, haciéndola sonreír todavía más.

- Mamá dijo que tuviste un sueño feo - las cejas de Lisa se fruncen con confusión y me mira interrogante - Y por eso estás en la cama con ella - sus ojos se abren cómicamente al darse cuenta de que nuestra hija nos atrapó juntas en la cama - ¿Ya estás bien?

- Muy bien, gracias.

Lisa abraza a nuestra hija por la cintura y la acerca a ella, acostándola en el nuevo espacio creado entre ella y yo. Nos acostamos de lado para poder darle la cara a la pequeña que continúa sonriendo.

- ¿Vas a decirme qué te tiene tan risueña esta mañana? - insisto. Se sonroja y vuelve a esconderse.

- Porque mami está aquí con nosotras y me gusta tenerlas a las dos conmigo - responde al fin.

- A mí también me gusta que tu mami esté con nosotras - le susurro y ella vuelve a reír.

El tierno momento entre las dos es interrumpido por un celular sonando. El mío esta vez. Lisa se para y me lo alcanza, junto con una camisa. Me visto y salgo a contestar al pasillo.

The Donor | Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora