. v e i n t i t r e s .

52 2 0
                                    

.V I E R N E S.


Debía sentirse ¿Sucia? ¿Loca?
Si cualquier persona viniera a decirle que estaba completamente loca ella diría: Sí, por él.

Sus padres le habían dicho que muy pronto se irían de Corea para una nueva vida en Tokio. La simple idea le ponía de nervios.

Se acababa una parte de su vida, una en la que no podría resumir todo lo vivido.

Nayeon cumpliría 24 años a finales de Octubre y seguía viviendo en casa de sus padres. Tenía una licenciatura y si ella quería, podía irse desde ya y no seguir a sus padres pero todos sabían que lo único que frenaba a Nayeon era Namjoon.

Una noche antes lo pensó demasiado y llegó a una conclusión que seguramente no le gustaría a sus padres: Hacer una vida con él.

Sabía que millones de mujeres vendrían a juzgarla y gritarle en la cara que tuviera un poco de dignidad después de todo lo sucedido, que era horrible denigrarse por una persona que jamás la ha valorado.

Pero también existía esa espinita la cual le decía que jamás habían hablado sobre recuperar todo lo perdido. Podía funcionar, esa era su promesa desde que tenían 15 años.
Nayeon sabía que aún existía algo, fue una promesa a su "yo" adolescente, daría su última lucha. Ambos habían cometido grandes errores, y uno el cual se llevaría a la tumba pero podían reconstruirlo. Tenía fe en la frase que que reza que todo se resuelve hablando. Daría sus puntos y escucharía los suyos.

Ese era el sueño de Nayeon, demostrarle a sus padres que podía con ello, que se equivocaban y que Namjoon podía ser un gran padre y ser esa familia feliz que una vez Nayeon le planteó.

No lo había visto desde hace semanas pero la fiesta del Sábado le daría oportunidad, escuchó cuando cortaba la hierba grande de su jardín al vago de Seokjin hablando con Chanyeol, parecía que Jimin y Namjoon tenían planeado juntar sus cumpleaños.


Ella iría arriesgándose a ser el centro de atención puesto que el Lunes se iría en un vuelo directo a Tokio así que sería su última jugada, su último as bajo la manga.
No importaba quien vea o quién escuche o que obstáculo se cruce. Sería ese día o nunca volvería a tener la oportunidad.

Tenía buenos presentimientos, no podría equivocarse y si todo salía bien. Llevaría a Namjoon con ella a Tokio.

Mañana sería el gran día.



. S Á B A D O.


Su recámara estaba hecha un desastre. La ropa se esparcía por todo el piso dejando una clara evidencia que llevaba varios cambios de atuendo.

Hoseok y Jungkook leían unas revistas y cuadernos de Yoongi mientras el chico se quitaba una camisa, para después colocarse una sudadera, playera, saco; era un lío.

Sus amigos decidieron pasar un rato con Yoongi esa mañana, convivir un poco de tiempo pero el pelirosa no les ponía atención por estar decidiendo que ropa llevar esa noche.

—  Me rindo. - Soltó con la voz cansada viéndose por última vez en el espejo.

— ¿Me recuerdas por qué sigo aquí viéndote fracasar? — Dijo Hoseok, destapando sus ojos de la revista de Yoongi.

—  Porque eres mi amigo y se supone que deberías ayudarme. — Contestó Yoongi siguiéndose de largo al baño de su habitación.

—  Ayudarte a impresionar a una persona no es algo que haría un amigo. — Fue Jungkook quien comentó sin dejar de hojear el cuaderno de Yoongi. — Un amigo te ayudaría a sentirte bien contigo mismo para tener la certeza de: por supuesto, impresionaré a esa persona.

LOVE WHO LOVES YOU BACK •YOONMIN•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora