Eithan
En cuanto recibí la llamada de Aron diciéndome que Vanesa estaba mal y que Daniela había organizado una cena para hacerle pasar un buen momento, no lo dude ni por un segundo y acepte.
Queria hablar con ella porque después de haber huido de mi en la plaza, necesitaba pedirle disculpas.
Tuvimos una cena muy divertida, definitivamente era otra faceta Lorent, no estaba ni feliz ni enojada, me atrevería decir que sólo estaba y ya, algo la tenía muy mal y eso dolía, el no poder saber que era lo que la tenía de esa manera incluso me causaba curiosidad, pero sentía un poco de tristeza, no merecía estar mal por lo que sea que fuese.
Después de la cena me ofrecí a llevarla a su casa, debido a que ella no podía manejar en el estado de nervios que estaba cuando vino, era el momento perfecto para acercarme a ella y hablarle, ya en el auto se había formado un silencio incómodo.
-Vanesa.- dije llamando su atención y por el rabillo del ojo pude ver como su rostro se posicionó en mi.- lamento mucho la manera en la que empezamos, nunca fue mi intención hacerte sentir incomoda, mucho menos enojarte y hacerte pasar vergüenza en la cafetería.
Y esa era la verdad, desde que la vi por primera vez el mismo día que paso lo de la cafetería, nunca pensé que terminaría pidiéndole perdon y así concluiría nuestra segunda vez hablando, porque si prácticamente era nuestra segunda vez hablando frente a frente.
No cuenta que hablamos en clase super cortante para una exposición, porque para trabajos y cosas de las clases si hablamos.
- No te preocupes, yo... yo también quería pedirte perdon por la manera en la que te estuve evitando este tiempo.
- No hay nada que yo tenga que perdonarte, tenías razón en estar enojada conmigo, aunque no puedo negar que te veías hermosa enojada.- dije en un tono burlón.
El camino había sido corto, en menos de lo que me imaginé ya estaba parqueando el auto en el sótano del edificio.
- Muchas gracias por traerme hasta mi casa, enserio, y gracias por la cena.- dijo ella quitándose el cinturón.
- No es nada Vanesa, oye en un par de meses es el partido inicial del equipo de Americano en la Universidad,y supongo que como porrista vas a asistir a ese partido, y si no tienen presentación ese día, quisiera invitarte al partido, no como porrista sino como espectadora, si no te molesta claro, y por otro lado quisiera saber si ¿aceptarias ser mi acompañante a la fiesta de inauguración? - dije quitándome yo también el cinturón y bajando del auto para abrirle la puerta.
- Una vez más, muchas gracias y claro allí estaré, con respecto a la fiesta, te confirmo luego ¿vale? Espero que pases una linda noche, nos vemos en la Universidad.- dijo dando un paso torpe hacia atrás, mi agilidad para el juego me sirvió muchisimo, ya que rápidamente la sostuve por la cintura para que ella no se callerá.
Y allí la tenía, frente a mi, yo ya la había observado bien, ya tenía analizado su rostro, cada detalle, claro no tan cerca como la observaba en este momento.
Ella se sonrojo un poco cuando sonreí cerca de su rostro, se puso de nuevo de pie, cuando quiso correr hacia el elevador inconcientemente la tome con sutileza de la muñeca y la atraje hacia mi.
Sin pensarlo más, la bese y juro que sus labios sabían a frutas, a pesar de que su carácter fuese un poco amargo, ella era dulce.
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El Indicado
RandomSin duda alguna, las mejores personas llegan en el momento menos esperado. Siempre se puede vivir una aventura más allá de tu caos. Para Vanesa este sería sin duda alguna uno de los momentos con más cambios en su vida. Pero no sólo en su vida habria...