Sasuke

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—Ellos definitivamente harían muy buena pareja-suspiró resignada.

—¿A qué viene esa desilusión es tu cara, Sakura?

—Tú lo sabes mejor que nadie, Ino. Solo son amigos, no hay manera de cambiar eso, para cómo se criaron desde la infancia uno al lado del otro, por lo que no me sorprendería que Sasuke-kun o Naruto dijeran que son como hermanos.

—Al menos lo intentamos...

—Fue una pérdida de tiempo. Con lo lindo que lucen juntos, Sasuke parece no darse cuenta que Naruto es un doncel guapo y el ingenuo de Naruto no ve al pedazo de hombre que tiene a su lado.

—Ja, ja, ja, ah, Sakura... eres tan graciosa-lloraba de risa.

—¡No es gracioso, Ino puerca!

La blonda frunció el seño.

—¿A sí? ¡Pues tú eres frente de marquesina!

Y de vuelta volvían a pelear en pleno recreo por sus diferentes opiniones. El joven rubio de ojos azules pasó cerca de ellas mostrando una pequeña sonrisa, no pasaría mucho para que volvieran a hacer las paces, siempre era lo mismo.

—Dobe.

—¿Sí?-le miró a su lado.

—Gracias por ayudarme recién.

—¿Qué dices? Estaré encantado de colaborar contigo-sonrió—Cuando necesites mi ayuda para castigar otro chico, avísame.-le giñó el ojo para entrar dentro del establecimiento.

El Uchiha permaneció parado en su lugar con una media sonrisa. Naruto amaba apalear a los varones que cometían faltas con sus novios donceles, era una cuestión personal pero también era su modo de hacer justicia. Y Sasuke no negaba que se divertía peleando junto a su amigo de infancia como si ellos realmente fueran los buscapleitos. La paliza costaba de algunos golpes y varias, muchísimas amenazas, por su bien les convenía quedarse callados si no querían ser expuestos delante de sus padres o el colegio. El azabache contaba no solo con dinero, sino con contactos que le brindaban cualquier información ajena de su círculo de amigos.

Si bien se salía con la suya, tenía a más de la mitad del instituto en su contra. Pero nadie se armaba de valor y le señalaba con el dedo sus acciones, por otro lado, era un chico muy popular y no era por su fortuna en la familia solamente, sino por su belleza y cuerpo de infarto. Todos los donceles de su clase junto a las chicas eran sus contantes acosadores, para san Valentín su casillero estaba repleto de chocolates, de los modelos más pequeños hasta lo más grandes, dulces, empalagosos y amargos. Por su salud y porque detestaba en su mayoría aquello, los regaló a los niños que encontró en el trayecto a casa con Naruto a su lado, comiendo una barra de chocolate con maní.

—Continuemos con la clase.

El profesor entró justo al tiempo en que cada estudiante se acomodaba en sus respectivos lugares, Sasuke se sentó al lado de Naruto y todo prosiguió tranquilamente.

...

...

—Estoy cansado de ellos, pero principalmente, estoy cansado de Naruto-apretó los nudillos.

—El imbécil se cree mucho porque siempre está en compañía de Sasuke.

—Ni me lo recuerdes. Me fracturó una costilla porque golpee a mi ex novio. Mi padre me dijo que los donceles son como las mujeres, y tenemos que hacernos respetar, mostrarles quienes son los más fuertes y que ellos simplemente deben obedecer lo que nosotros decimos.

—Mi papá piensa lo mismo.

—Yo pensé que los donceles eran débiles hasta que Naruto me partió la mandíbula.

Te amo, NarutoWhere stories live. Discover now