Te amo, Naruto

Naruto

—Es tan triste lo que ha pasado-suspiró deprimida.

—Fuiste muy valiente en ese momento, Ino, yo no sé como hubiera reaccionado.

—¿Pero sabes? Al final esos bastardos se salieron con la suya. Solo mira como está él... no parece el mismo.

Sakura miró en la misma dirección que su amiga, allí en el fondo, bajo la sombra del árbol de flores de cerezo, estaba sentado contra la pared, Naruto. Sasuke estaba a su lado intentando animarlo, pero todos sus esfuerzos eran en vano. Curar su corazón era su más difícil trabajo.

Dolía en el alma ver a su amigo tan apagado, tan vacío y lejos del mundo. Todo su daño se lo guardaba para él mismo y el azabache no sabía que más hacer para que le dirigiera la palabra.

El chico que había intentado abusar de él y sus cómplices, fueron expulsados. El rumor se hizo notorio y todo el colegio llegó a enterarse de lo que había sufrido el doncel rubio. Seguramente a los culpables les esperaba un castigo serio, Sasuke ya se lo había cobrado con creces de su líder. No tenía derecho a criticar o pedir algo.

Por otra parte, su rubio no quería armar más escándalo del que había e imploró a la directora no decir nada a sus padres. Y las cosas seguían de esa manera, ocultando bajo el uniforme los moretones que con los días se irían. A dos semanas de aquel incidente el cambio radical en el blondo era impresionante.

—Tienes que comer, Naruto-le tendió una jugosa manzana.

El oji-azul le observó detenidamente frente a sus ojos, por un instante dejó de mirar a la nada y recordar el daño que había recibido. Un golpe que nunca esperó y del cual no estaba recuperado.

Habían herido su orgullo. Su dignidad. Esa humillación no podría olvidarla, nunca perdonaría a esos malditos lo que le hicieron vivir, ahora sentía la impotencia que otros donceles habían sufrido con sus parejas o con bastardos violadores.

—Naruto-volvió a mencionar su nombre suavemente.

—No quiero-susurró, mirando a su alrededor. Esas miradas llenas de curiosidad y hasta podría afirmar, de lastima, hacia él. Apretó los nudillos y crujió los dientes furioso.

—Por favor-pidió preocupado, tomó la mano del blondo y puso en él la manzana—Hazlo por mí, dobe.

El doncel de ojos azules miró a su mejor amigo que le suplicaba comer algo, no podía resistirse a esa mirada de agonía, Sasuke era su único punto débil. Siempre lo supo. Llevó la manzana a sus labios y le dio un gran mordisco sacándole una media sonrisa al azabache.

—Naruto...-acostó su cabeza en su hombro con toda confianza—Siempre estaré a tu lado, nunca te abandonaré.

—Sasuke-correspondió ese afecto de la misma forma, recostándose sobre el cabello negro—Gracias por salvarme. Perdona que... haya tardado tanto en agradecerte.

Ino y Sakura miraron boquiabiertas la escena que lucía súper romántica. Tal parecía que finalmente las cosas entre ellos se calmarían, ya que a pesar de las insistencias del Uchiha por estar a su lado, Naruto prefería estar solo.

—Oh, Dios, se ven tan tiernos uno al lado del otro-miró con ensoñación al dúo.

Ino entonces recordó algo que por la conmoción ese día, había dejado atrás en sus memorias.

—Sasuke lo ama-confesó en voz baja a su amiga.

—¿Ah? ¿Qué quieres decir?-su atención se concentró ahora en la blonda.

—Estaba furioso cuando vio lo que habían hecho con Naruto, entonces él lo grito a todo pulmón y yo lo escuché perfectamente-sonrío contenta—Naruto estaba inconsciente, pero aún así, Sasuke declaró su amor allí. Naruto será su futuro esposo.