Solo el amor nos salvará (Segunda parte)

Capitulo 248

No demasiado tiempo después entramos en el hotel. Cami ha caído rendida en los brazos de Malú y Lucia no se ha enterado que ya salimos del recinto. Desde que se durmió en el sofá del camerino de mi chica no ha vuelto a dar guerra.

- Gracias Manu.

Se despide entrando en la habitación para dejar a la nena en la cama. Por seguridad nos ha acompañado hasta aquí.

M: Descansad.

Nos desea poniendo rumbo hasta el final del pasillo, donde se pierde entrando en la suya.

+ Lo que sea nos avisas.

Me despido de Alba antes de cerrar la puerta. Está en la habitación de enfrente con sus dos amigas.

A: ¡Que si! Buenas noches, papá.

+ ¿Cariño?

No la veo por ninguna parte, tampoco está en el baño. Luego me doy cuenta que la ventana que da a la terraza no está del todo cerrada. Salgo tras ella y me la encuentro limpiando sus lágrimas con el borde de su mano derecha y un cigarro en la izquierda.

Tomo asiento en la silla que está junto a la suya.

+ Ven aquí.

Con mi mano la ayudo a levantarse para sentarla en mi regazo.

+ Deja esto, anda.

Le quito el cigarrillo y lo apago. La acepto al completo, también con sus malos hábitos, pero odio que fume, y prefiero ser yo quien le dé la calma que busca, no esa mierda.

Cuelo mi mano por debajo de su abrigo para acariciar el bajo de su espalda.

+ Es una niña, necesita tiempo para acostumbrarse a este ritmo, nada más.

Aseguro sabiendo que la culpa le come la cabeza.

- Soy un fracaso.

+ No digas tonterías.

- Si que lo soy, no he podido darle la contención que necesita, si duda que la quiero es porque lo estoy haciendo mal.

+ Pequeña

La hago fijar su mirada en la mía.

+ Cami te conoció de baja, con todo el tiempo del mundo para dedicarte nada más que a nosotros, si tu trabajo fuera otro, tampoco estarías con ella tanto como estuviste estos meses.

- Pero llegaría a casa a horas normales, no tendría a otras personas haciendo fila para darme el mismo abrazo que quiere darme ella, no me pararían en la calle cuando salimos en familia, no recibiría amenazas, todo sería distinto.

+ Y peor, porque no sentirías la plenitud que sientes al subirte al escenario, al sacar todo lo que llevas dentro con tus canciones, al escuchar a tu gente rugir, no serías feliz...

Juego con un mechón de su pelo.

+ Para todos es un cambio que hayas vuelto a carretera, danos tiempo para acomodarnos, es normal que hayan dificultades, y vamos a aprender a vivirlo contigo.

Dejo aquel mechón tras su oreja.

+ Y date a ti el tiempo que mereces para aprender a hacerlo con otras responsabilidades, llevas 21 años en esto, pero es la primera vez que te toca hacerlo como mamá.

- Hazme el amor.

Sonrío, esa bendita manía que tiene de evadirse de todo pidiéndome que la haga mía. Nuestra charla no ha acabado, pero creo que ya son muchas emociones por hoy.

Cojo su mano y nos guío hasta la ducha. Voy a amarla y llenarla de placer.