Capítulo 1

2.8K 225 124
                                    

Pov Mina

Entro en el pequeño apartamento que comparto con la persona que menos odio en el mundo, Momo.

No es que sea una buena compañera de piso, pero nos entendemos a la perfección después de tantos años de amistad. Yo me encargo de la limpieza de la casa mientras ella se encarga de cocinar, (no es que sea terrible cocinando, pero la comida suele quedarme bastante insípida).

Al principio dudé de nuestra capacidad para convivir juntas, pero llevamos ya cinco años así y ha resultado más sencillo de lo que esperaba, quizás en algunas cosas si que nos parecemos lo suficiente.

Como iba diciendo, somos parecidas a la hora de respetar las manías de la otra. Yo no soporto ni una mota de polvo en los muebles mientras que ella se ha adueñado de la habitación que hace de estudio para sus proyectos de investigación. Ambas somos bastante nocturnas, de modo que no nos molestan los horarios de la otra. Y por último, somos bastante solitarias, (creo que yo lo soy más), de modo que no hay amigos invasivos que rompan con nuestro ritmo de vida.

En definitiva, parece la convivencia perfecta y de hecho, hasta ahora lo ha sido.

-¿Esta noche tienes planes, pingüina? - Momo me habla desde el sofá, donde tiene desplegado sobre la mesita de té una montaña de informes.

Le lanzo una mirada crítica al desorden que ha provocado en nuestro salón, a lo que contesta con un encogimiento de hombros y un después lo ordeno.

-Sabes que no. Quizás leer un poco. ¿Por qué, algo que merezca la pena en el cine? -si, somos muy cinéfilas.

-No. Es que quiero invitar a NaYeon a cenar a casa. Siempre es ella quien se encarga de los detalles románticos y por una vez quería organizar algo -dice sin despegar la mirada de los folios.

-Oh -intento añadir algo más, pero decido que es mejor ponerme cómoda y pensar en las posibilidades que tengo.

No es la primera vez que Momo invita a NaYeon a casa, como ya he dicho, sucede muy de vez en cuando y no es muy invasiva. Pero para mi resulta incómodo, sobre todo cuando se queda a dormir ya que nuestras habitaciones son continuas. Me sé de memoria los diálogos de las películas de Harry Potter por todas las veces que he tenido que encender el portátil y ponerme los auriculares. Sé que intentan no ser ruidosas, pero las paredes de esta casa son de papel de fumar, así que, ALGO se escucha.

Lo bueno que tiene Momo, es que avisa siempre antes de que venga alguna visita a casa. Así me da margen a mí para poder ir a otra parte si no me apetece.

El problema es que no tengo con quien quedar esta noche.

Siempre he sido una persona bastante antisocial. No me considero tímida, hablo bastante, pero muchos dicen que tiendo a ser un poco tosca. No puedo evitarlo, tengo mala lengua y me encanta el sarcasmo. No se me da bien hacer amigos y suelo sentirme incómoda en presencia de mucha gente.

Lo que si me considero es una persona leal, con los pocos amigos que tengo.

El problema es que todos estamos ya rozando los treinta y las pocas amistades que tengo se han ido casando, teniendo hijos, se han mudado a otro país o simplemente están tan atareados que resulta imposible quedar con ellos.

No es que dramatice demasiado la situación, como ya he dicho, soy bastante solitaria, pero hay momentos en los que esa soledad ahoga un poco.

¡Ah si! Por supuesto, no tengo pareja.

Si ya me cuesta hacer amistades nuevas, las relaciones románticas me resultan casi imposibles. He tenido un par de novios en mi vida, pero al final nunca ha salido bien. Uno de ellos, BamBam, se casó hace un año. Fue una boda innecesariamente ostentosa, pero a él le encantan esas cosas. Por eso lo nuestro no tenía futuro, ni siquiera me veo casándome con nadie y mucho menos teniendo hijos.

You'll also like

          

Bastante tengo con mi compañera de piso.

Mi última relación finalizó hace casi dos años y desde entonces no he tenido nada con nadie. Soy de esas que tardan bastante en emparejarse de nuevo, estoy cómoda en mi soltería.

Es complicado. Soy complicada.

Tengo bastante asumido que seré una persona solitaria toda mi vida, quizás con relaciones temporales a lo largo de esta. Está bien, no pasa nada.

Siempre he imaginado que lo que mejor se adapta a mi es una amistad con derecho a roce. Es genial, en serio. No tienes las ataduras ni la exigencia de tiempo que requiere una pareja, pero te puedes desahogar a gusto cuando lo necesitas. El problema es que, como ya he dicho, me cuesta conocer gente. Así que me limito a darme placer a mi misma y a agotarme en el gimnasio para compensar. Al menos se me está quedando buen cuerpo.

Mido 1,64. Al menos no tengo una musculatura exagerada, sería demasiado ridículo, pero soy bastante fuerte.

De todas formas, suelo utilizar ropa bastante holgada. Así que, no voy de Top Model marcando bíceps, me resulta hilarante.

- Mina, ¿cuándo fue la última vez que tuviste una cita? -ya estamos con eso. A Momo le encanta recordarme lo sola que estoy.

-Ni me acuerdo, ni estoy segura de haber tenido realmente alguna en mi vida -acabo de salir de la habitación y me dejo caer a su lado en el sofá.

No puedo evitar ponerme algo nerviosa con la cantidad de papeles que hay en la mesita. Esta mujer es lo más desordenado que he conocido en mi vida, no sé cómo coño se las arregla en el laboratorio ese donde trabaja.

-Deberías hacerte Tinder -dice mientras se retira las gafas para masajear ligeramente la piel donde suelen dejar una marca.

Observo fijamente sus ojos, son muy peculiares.

-Ya me la instalaste una vez en el teléfono y no aguanté ni veinticuatro horas -dejo caer mi cabeza hacia atrás y pongo los ojos en blanco, sé que va a continuar un rato más.

-Encima que me preocupo por tu salud mental y por tu clítoris. Ni siquiera le diste una oportunidad -dice con tono acusador.

JiHyo nos dijo un día que cada vez que Momo y yo abríamos la boca moría un gatito. No entendí que mierda se le había atascado para soltar algo tan cruel, pero la verdad es que las conversaciones entre nosotras no son para todos los públicos.

- Momo, ¿cómo coño esperas que hable con alguien que no conozco? -a continuación empleo una voz aguda, ridícula-. Hola ¿Qué tal? Bien, ¿y tú? Bien. Me importa una mierda -Momo se vuelve para mirarme seriamente.

-Joder Mina, así no vas a follar ni en diez años -suelta el folio que tenía en la mano y no puedo evitar poner una mueca cuando veo que este aterriza en el suelo.

-También había más descarados, pero tampoco sé qué contestar a un: ¿cuándo follamos? -soy una Quejica.

-¿Entonces que quieres? -levanta las manos exasperada-. No quieres tener pareja, pero cuando te dicen de quedar para tener sexo tampoco te parece bien.

-Joder Momo, pero no así, no me puedo acostar con cualquiera -quizás en mis buenos tiempos cometí alguna estupidez. Todos las cometemos.

La edad te vuelve más selectiva.

-Creo que NaYeon tiene un amigo...-comienza a decir.

No, eso no Momo. Odio esos enredos. Se le da fatal hacer de cupido.

-No me gustan los amigos de NaYeon -respondo cortante, antes de que continúe hablando. No es mentira. Recuerdo que me presentó unos cuantos una vez que coincidimos en la calle y no sabría decir cual era más feo.

Matching With Her - Tinder 🔥 - MiChaengWhere stories live. Discover now