MOURNING ▸ james sirius potter

zero.

Los gritos que provenían del piso inferior lograron de acallar los ronquidos que el joven de cabellos oscuros generaba al dormir. James se despertó sobresaltado, preguntándose que demonios estaba sucediendo en su casa a las... ¡las tres y media de la madrugada! Eso no era normal, los gritos no comenzaban en la casa Potter hasta las diez de la mañana, como mínimo.

El muchacho dejó escapar un quejido como muestra de lo frustrado que se encontraba al tener que abandonar su cama a tales horas de la mañana. Posó su mirada en el reloj muggle que su tía Hermione le había regalado hacía más de dos años con la excusa de que "debía ser más responsable y levantarse temprano para estudiar sus exámenes". Estaba de más aclarar que el joven jamás lo había llevado a Hogwarts. Lo que su tía no sabía, no podía dañarle.

Estuvo sentado en su cama al menos un minuto, debatiéndose si su preocupación era lo suficientemente grande para ir a ver que estaba sucediendo.

Tras decidirse por ir a investigar que estaba ocurriendo en la planta baja de su hogar, se levantó de la posición en la que se encontraba. No tardó más de diez segundos en encontrar algo con lo que taparse el torso y salió al pasillo, donde se encontró con una pequeña cabeza pelirroja que espiaba desde su puerta lo que estaba sucediendo.

La interrogó con la mirada, esperando que su hermana menor supiera que es lo estaba ocurriendo, pero ésta le respondió con un encogimiento de hombros, acompañado con un: "— No quería entrometerme."

Si bien Lily ya no era una niña, aún tenia actitudes que lograban recordarle a aquella pequeña con coletas altas que lo perseguía a todos lados. A veces le costaba darse cuenta que su pequeña hermanita ya tenia trece años. James le sonrió tranquilizadoramente y procedió a bajar las escaleras que daban al comedor de la casa.

Y se encontró con una imagen que logró golpearle en el pecho.

Toda la planta inferior se encontraba a oscuras, exceptuando por la cocina donde se encontraban sus padres y su hermano menor. Entro cautelosamente a la cocina para poder ver como su hermano parecía aferrarse al abrazo de su padre como si se le fuere la vida en ello. Los gritos habían cesado y lo único que podía escucharse eran los sollozos de Albus.

James nunca había visto a su hermano llorar de esa manera. Buscó la mirada de su madre, preocupado por la situación, pero con miedo a decir algo que la empeorara. Ginny Potter le devolvió una sonrisa triste, sus ojos reflejaban que había estado llorando hasta hace poco.

Sin poder decir nada, se quedó quieto mientras observaba la escena. No pudo evitar sobresaltarse cuando su madre se levantó de golpe para luego encaminarse a la parte donde cocinaba para hacerle un té de manzanilla al mediano de la familia para intentar tranquilizarlo.

James se dio cuenta que su padre no tenía mejor aspecto.

Si bien Harry Potter era el héroe del mundo mágico y había vencido al mago más oscuro de la historia más de una vez, nada lo había preparado para informarle unas noticias tan oscuras a aquel que compartía su sangre.