Mi paranoia estaba aumentando cada día más, no podía dejar de pensar en Lorena, de ver videos pensando en ella y de masturbarme diciendo su nombre cuando la que quería que estuviese sobre mi de verdad fuese ella.
No sabía que hacer, como interpretar sus gestos, y estaba deseando que llegase esa invitación para dormir en su casa.El día había sido corto pero intenso, llegué a casa de mi abuela, me quedaba con ella por que estaba sola ese fin de semana, me quite el uniforme y me di una ducha rápida, era tarde y no quería despertar a mi abuela.
Me tire en la cama y puse la tele, cerrando la puerta y mientras cotilleaba las redes sociales, me percaté de que estaban echando porno en uno de los canales, mire de reojo y cogí el mando para cambiar pero entonces.... Me apeteció y cogí el vibradror que llevaba en el macuto de fin de semana.Me quite el Pijama y decidí buscar un video lesbico por Internet, hubo uno que me fascinó, pensaba en Lorena y en como podíamos gozarlo ella y yo así, lamiendo nuestras lenguas, nuestros peones y nuestros sexos para luego frotarnos hasta corrernos juntas. Ya estaba más que mojada así que, encendí el vibradror y lo puse bajito para que no se oyese demasiado, me abrí de piernas y me lo metí despacio, aunque de lo húmeda que estaba entró sólo.
Me chupé un dedo y lo pasé por mi pezon como si fuese la lengua de ella, cada vez estaba más cachonda y si no fuese por que estos momentos son como cuando te emborrachas y te puedes arrepentir, le mandaría una foto.
Después, me toque el clitoris como si fuese su lengua mientras me penetraba a mi misma, y a los pocos segundos me corrí susurrando su nombre.
ESTÁS LEYENDO
Nuestro secreto.
RomanceMe gustan los hombres, pero sexualmente siempre me ha dado curiosidad con una mujer, nunca pensé que fuera posible hasta que Lorena, una amiga del instituto, comenzó a darme lo que yo creo que son señales. ¿Me estaré equivocando? ¿realmente me da se...