Cuervo Con Alas Rotas

15. La mayor musa

Una parte me dice que sí, otra me dice que no.
Una parte me dice que sí, y otra dice que adiós.
No sé qué fue lo que pasó, solo que pasó y ya.
No sé ni cómo comenzó, pero ya llegó el final

No sé en qué punto te amé,
sólo sé que te amé, nada más.
Pero creo que quedó en el ayer,
y hoy sé que no volverá a pasar.

No sé cuál fue el momento,
sólo que no fue perder el tiempo.
Y si lo ves que sepas que lo siento,
pero cumplí lo que prometo.

Sabes qué es mi amar, y también mi secreto.
Sabes qué es mi luchar, también mis defectos.
Sabes tan bien que muero por esto,
pero olvidamos morir por lo nuestro.

Lamento si con esto te he herido,
que sepas que yo también me lastimo.
Pero ando demasiado perdido,
tanto que mato a mi destino.

No sé ni cómo pedir tu perdón,
siento el morir como si un Dios,
pudiera por fin existir
y me hiciera pagar por pecados que antes yo cometí.

Siempre te amé, luego me odiaste.
Comprendo muy bien lo que pasaste.
Que soy muy difícil y entro en crisis,
pero que sepas que en algún momento estuviste por delante.

Delante de ellos, delante de mí.
Pero maduré, le puse un fin.
Y aunque ya no estés más aquí,
que sepas que siempre pienso en ti.

Yo te esperé, tú no lo harás.
Te lastimé, ¿qué puedo esperar?
Si es que al final lo arruiné,
y me odiarás sin tener un por qué.

A veces te pienso, ¿sabes?
A veces repito tus frases.
A veces te añoro, a veces te lloro.
Pero siempre te recuerdo y mi interior queda roto.

Aún tengo la imagen de ambos,
tomando café, hablando, mañaneros.
Aún recuerdo tu voz,
cálida, sincera, capaz de hacerme sentir amor.

Nos vi tan claros pese a mi mente difusa.
Me sacaste de la fosa, evitamos nuestras tumbas.
Aunque no pueda decir tu nombre, y tal vez no lo haga nunca,
quiero que sepas que siempre serás la mayor de mis musas.