Abrazo.

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- ¡Cristina! ¡Venga que te vas a poner muy contenta! Prepárate, nos vamos a casa de Enrique.- mi cara se iluminó por completo - Vamos a intentar llevarla aquí de nuevo.

Me quedé en shock y respondí un poco tarde, mi velocidad de reacción fue lentísima.

- Emmm, sí sí, en 10 minutos estoy.

- Muy bien, alégrate.- me sonrió y cerró la puerta.

Me preparé rapidísimo, la felicidad rebosaba en mi cuerpo, pero después pensé en que Alicia dijo "intentar", eso significa que no es seguro...

Aparecí en el salón en menos tiempo de lo previsto.

- Pues vaya, sí que ha sido rápida, sí...- dijo Emilio.

Estaba sonriendo, Alejandro me miraba a lo lejos desde su habitación y me sonrió también. Se alegraba de verme feliz por fin.

Abrimos la puerta y la sensación de libertad recorrió mi cuerpo de nuevo, esta vez más, por fin vería a Joana, después de semanas de sufrimiento... por fin.

Subimos en el coche y todo era perfecto. No dejé de sonreir en todo el trayecto, pensando en cómo estaría Joana y en abrazarla y besarla.

Punto de vista de Joana

Enrique abrió la puerta. La rabia se apoderó de mí pero permanecí quieta porque no quería arruinarlo todo.

- Joana, acompáñame. Vístete y espera en el salón. Tienes una visita muy esperada, o eso pienso yo.

Le seguí, salir de esa habitación fue lo mejor, ya veía otros colores, el atardecer apenas comenzaba, me sentía muy aliviada. Fuimos a una habitación con un armario de zapatos, otro de vestidos, otro de pantalones, camisetas...

- Ponte lo que quieras, lo que más te guste. Quería disculparme porque encerrate no creo que haya sido la mejor opción, lo sé.

- Está bien... perdón también, no debería haber reaccionado así.

- No te disculpes, estabas en un brote y no fueron las mejores formas pero lo entiendo. Ahora vístete, ¿tienes muchas ganas de ver a Cris, no?

Nada más decirme eso, se me escaparon lágrimas de felicidad. Me vestí lo más rapido posible y bajé hacia abajo como una bala.

Ahí estaba, tan preciosa como siempre, tan reluciente, con esa sonrisa que enamoraba, ese pelo rubio, esos ojazos azules... corrí para abrazarla y me puse a llorar.

- Cris... mi amor... perdóname...

- Joana.- se puso a llorar como yo - no pasa nada, cariño. Ya estamos juntas...

La besé, la besé y la besé y repetiría esa secuencia toda mi vida, todo era perfecto. La quería más que a nada en este mundo. Nos abrazamos de nuevo.

- Te quiero, Cris. Te amo.

- Yo también te amo.- me besó.

Croana: un mundo paralelo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora