Capitulo 1.

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Narra ___:

Lunes, 23 de abril, 5:59 A.M.

Comenzó a sonar mi alarma, abrí los ojos con cansancio, solo había dormido 2 horas por quedarme hasta tarde hablando con Ernesto, mi novio.

Apagué la alarma y revisé mis notificaciones, me puse de pie, abrí la ventana. Aún no salía el sol, sentí una brisa fresca y el cielo se veía nublado, no pareciera que fuera a ser un buen día.

Acomodé un mechón de mi cabello, que recientemente me había cortado a un poco por debajo de los hombros, mientras revisaba mi armario para ver qué conjunto era el que me iba a acompañar el día de hoy. Me decidí por unos jeans negros de talle alto junto con una sudadera morada un poco holgada acompañados de unas botas de militar color café.

Me dirigí al baño de mi habitación para bañarme, me quité el pijama y abrí la llave para que el agua comenzara a salir, me metí, me puse shampoo, luego acondicionador, dejé un poco el acondicionador reposar en mi cabello y me comencé a tallar el cuerpo con jabón. Me enjuagué todo, para luego cerrar la llave y tomé una toalla.

Me puse ropa interior y luego me puse la ropa que había escogido previamente. Salí del baño y tomé mi mochila. Estaba apunto de salir cuando recordé que anoche, antes de dormir, me había quitado el colgante que me dió mi novio, era muy lindo, venía grabado en un corazón la fecha en la que nos conocimos. Regresé y lo tomé de un cajón de mi buró, puse mi celular en mi bolsillo trasero.

Bajé las escaleras y ví a las empleadas sirviendo el desayuno.

-Muchas gracias, Rocío- dijo mi hermano sentándose en la mesa.

-Buenos días, cariño- se escuchó por detrás de mí, volteé y era mi padre. Me dió un beso en la frente, él siempre me ha tratado muy bien.

-Ay, hija, te vestiste muy... -dijo mi madre con una sonrisa incómoda.

- Te ves hermosa, hermana, ven siéntate a desayunar.

-Gracias, Diego.

Todos nos sentamos y comenzamos a desayunar.

-Hija, ¿no te piensas maquillar un poco?- aportó mi madre, innecesariamente.- sonríe un poco te ves muy demacrada.

-Mamá, no importa eso, solo voy a la escuela, ¿sí?

-Sí, por Dios, ya, mujer, deja a la niña en paz.

-Está bien- suspiró.

Terminé mi desayuno y recogí mi plato. Fuí por mi mochila y me dirigí a la puerta principal.

- Ya me voy.

- ¿Te llevo?- se me acercó Diego.

-Vale, está bien.-

Me abrió la puerta y yo sonreí por un lado. Me subí y él rodeó el carro por en frente. Arrancó el coche y tomó la carretera que se dirigía al instituto.

- Y dime, ¿cómo te ha ido con Ernesto? Ayer te escuché hablando muy tarde, me imagino que era con él.

-Sí, era con él. Y vamos bien, o eso creo, era la primera vez que hablaba con él en todo el fin de semana. Lo siento muy distanciado.

-Bueno, también no se han visto en dos semanas, es entendible hasta cierto punto que se distancien un poco. Pero vas a ver qué ya entrando ahorita a clases todo va a mejorar - puso su mano en mi hombro.

Saqué mi celular porque se había escuchado el sonido de que llegó una notificación.

"The Group" era el grupo de WhatsApp de la clase.

Enseñanzas de amor. «El Rubius y tú»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora