Quédate. - XXXXVI

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—¿Qué opinas de que haya vuelto, Danni?

—Afortunadamente lo hizo ahora que Sophia piensa más en él, creo que eso es algo bueno.

—Ella luce muy tranquila por todo. No parece afectarle mucho.

—Me alegra que se sienta feliz, Rog, pero...¿Cómo te sientes tú?

Suspiré. Realmente no me esperaba esa pregunta, pero tengo que ser sincero con él. —Me siento feliz por él, por que pudo superar todos sus problemas, y por que volvió en el momento en el que mi hija comenzó a darse cuenta de lo que realmente estaba pasando... Me siento tranquilo, y me siento feliz.

Danni se recostó a mi lado y me dejó recargar mi cabeza en su pecho, abrazandolo como tanto me gusta hacerlo, besó mi cabeza, eso me hizo sentir todavía mejor de lo que ya me sentía. 

—Me alegra saber que te sientes bien, bebé.

—Me siento muy bien, cielo... Gracias por entender que él volvió de buena manera, por cuidarnos siempre y por permitir que él se acerque a nuestra hija...

Me tomó del mentón y dejó un lindo y cálido beso sobre mis labios. —Yo haré todo para que tu estés bien... Te amo, Roggie.

—Y yo a ti, Danni... Muchísimo, muchísimo...

****

Al otro día, mi despertador sonó a la hora de siempre, así que me levanté para ir a despertar a mi preciosa hija.

Camino por el pasillo algo adormilado hasta llegar a su habitación, abro la puerta cuidadosamente y encuentro a mi pequeña aún profundamente dormida. Esta es mi parte menos favorita del día, por que siempre que la veo dormir, me imagino todo lo que sueña, y no me gusta saber que la puedo despertar cuando quizás esté teniendo un sueño bonito.

Me siento a uno de sus lados y le corro el flequillo de la frente, luego comienzo a acariciar sus mejillas. —Soph... Arriba, bebé... 

Negó levemente mientras me muestra una sonrisa burlona. —No quiero...

—Entonces supongo que tendremos que cancelar hoy la visita de papá, ¿No es así?

Se sentó en la cama al instante, sin dejar de sonreír. —¿Ya viene papá?

—Si, ya viene, y no creo que quieras hacerlo esperar, así que arriba. Te espero abajo, iré a prepararte el desayuno.

Mi hermosa niña me sonrió más ampliamente y se levantó de la cama, esta vez mas despierta. —Te alcanzo en unos minutos, papi.

Le besé la frente y la dejé en su habitación. Bajé las escaleras y le preparé algo sencillo para desayunar, no quiero que pierda mucho tiempo.

A los pocos minutos, mi preciosa hija bajó. Su cabello rubio y ondulado cae por sus hombros, adornado con un moño del color rojo del uniforme. Sus pestañas rizadas están cubiertas por una fina capa de máscara. Eso es todo lo que ella necesita para verse bonita.

—Buenos días, papi. — Me dijo besándome una mejilla.

—Buenos días, amor de mi vida.

Sonrió ante mi comentario y se sentó frente a mí. —¿Aún no llega papá?

—Es temprano, amor, aún tiene tiempo para llegar.

Asintió y comenzó a desayunar mientras veía la televisión. Danniel se levantó después, aún alcanzó a despedirse de ella apenas llegó su padre.

—¡Me voy, Danni! — Le anunció despidiéndose de él.

—Adiós, cariño. — Le respondió besándole una mejilla.

—Adiós, papá. — Se acercó y repitió la acción conmigo.

—Adiós, amor. Te amo.

—¡Yo también a ti! — Me respondió saliendo de la casa.

Suspiré y mire a Danniel. —Aún tenemos tiempo antes de irnos...

—¿Qué propones? — Me preguntó tomándome por la cintura.

Sonreí y me acerqué a él para besar sus labios apasionadamente, y creo que entendió perfectamente bien mi indirecta.

Quédate (Somebody To Love 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora