Dulce Amanecer

Capítulo VI: MALDICIÓN (Tanya)

AÚN ESTABA PERDIDA EN MI PROPIO DOLOR CUANDO JASPER APARCÓ EL AUTO EN EL GARAJE DE LOS CULLEN. Era incapaz de sacarlo de mi mente. Cerré mis parpados para dejar de verlo pero fue inútil. Su rostro, al igual que su olor, se tatuó con fuego en mi mente. Me tomé unos segundos salir del coche. No quería ver a nadie. Ahora podía sentir la vergüenza quemándome por dentro, pero no había comparación posible con la influencia de ese olor.

Renesmee y Jasper se acercaron y abrieron mi puerta, mirándome de manera muy significativa. Debía tener un aspecto muy sombrío tomando por la forma en que me miraban. Me sentía devastada. El dolor comenzó a menguar en mi garganta y pude notar mi respiración volviendo a la normalidad; sin embargo, me quedé en la misma posición, recostada en el asiento trasero.

Alice entró corriendo al garaje. Sus ojos eran enormes y curiosos cuando se me acercó, agachándose para tocar mis manos.

—Querida, ¿qué pasó? ¿Por qué decidiste volver a Denali tan repentinamente? No lo entiendo.

Renesmee me ahorró el trabajo de explicar. Le tocó las manos a Alice, permitiéndole ver una repetición de todo lo que había ocurrido en el supermercado. Fue un gran alivio, no tener que explicar ese olor... Necesitaba distraerme con urgencia.

—¿Podrías llamar a Carlisle, Nessi? Por favor, realmente me gustaría verlo— Traté de mantener mi tono de voz normal, pero sonaba un poco rasposa todavía.

Era difícil usar la garganta.

— Sí, tía, estaré de vuelta.

Salió del garaje a la velocidad en que los humanos sólo ven un espejismo desvanecerse. Alice y Jasper eran muy amables; se abstuvieron de hablar mientras esperábamos a Carlisle. Me gustó el silencio durante unos segundos, pero aun así tuve que pedir disculpas. Me aclaré la garganta con una tos seca y comencé:

—Jasper, lo siento... —Me levanté y me coloqué a su lado, apoyándome en el coche—. Todavía no entiendo muy bien lo que sucedió y cómo sucedió, pero me gustaría pedir disculpas por haber sido tan grosera contigo, yo no debí...

—Está bien, Tanya, no es su culpa. No se podía evitar esta reacción, ya lo sabemos.

Pero lo que iban a decirme se queda en un misterio porque Carlisle arriba poco después. Sentí una punzada de vergüenza golpear más fuerte en mi pecho.

—Tanya, Nessie me ha enseñado todo. Lo siento mucho...

No le permití continuar.

—No Carlisle, yo lo siento. Estoy tan avergonzada de haber hecho esto en su hogar y a su familia.

El dolor me abrumo al referirme a mi propia familia en tercera persona.

"¿Estaba realmente a punto de perder otra vez a una parte de mi familia en menos de 48 horas? ¿Cómo fue que mi mundo se había roto por completo bajo mis pies?"

Me obligué a seguir hablando sin tener que cambiar mi voz.

—Sé lo que esta ciudad es importante para ti, y humanos que... — Otra parada involuntaria. —Bueno, él tiene familia e hijos y yo no quería hacer... Todos ustedes son muy importantes como para...

Cerré los ojos.

¡Oh, mi cuerpo dolía como si me hubiera arrollado un auto! Nunca me sentí cansada o adormilada, pero justo en este momento me hubiera gustado poder tomar una siesta. Quién sabe. Tal vez todo esto era solo un mal sueño.

"No", negué de inmediato en mi cabeza, "las pesadillas no se materializan tan rápido".

—Debo irme. No puedo quedarme con las posibilidades de encontrarme con él nuevamente, lo siento... —Negué con la cabeza, intentando disipar su cara de mi mente—.Es muy doloroso, así que no puedo quedarme aquí. Espero que entiendas que no puedo quedarme un día más.