Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la Tierra
Como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.Sentí como todos los pelos se me pusieron de punta y una lágrima caía por mi rostro buscando su rumbo.
¿Sería ella? ¿O es pura casualidad? Pero, ¿como iba a serlo si nadie sabe qué adoro a Bécquer?
La incertidumbre me comía por dentro. Mi cuerpo se llenó de oscuridad y desgarró todos mis órganos. Pero, con el cansancio acumulado, me quedé dormida y me puse a soñar con cosas que nunca pasarían.
La tenue luz del sol venía a mi a través de las cortinas. Dibujaba pequeños cuadrados en mi sábana y me relajaba. Cuando me levanté, vi las vistas de la ciudad y por alguna razón, me hicieron pensar que iba a tener un buen día.
Y por eso, decidí ir a la oficina de Sandrine y hablar con ella.
Cogí el autobús y después de encontrar un sitio donde sentarme, saqué la carta de mi bolsillo y la releí.
En la siguiente parada, un hombre mayor, de unos 60 años, se subió y se sentó a mi lado.
- No sé quién será esa persona, ni que querrá de ti, pero si gasta su tiempo en escribirte unas palabras tan bonitas, no lo dejes escapar.
Me quedé sin palabras pero conseguí sacarle una leve sonrisa. Esas palabras me hicieron pensar en lo que le iba a decir. Puede que la carta fuera suya, pero ¿y si no lo es?
Llegué a la oficina y ella se encontraba hablando con su secretaria. Cuando el sonido de mis botas militares tocando el suelo llegó a sus oídos, se giró a mi y noté como su cara se iluminó al verme. Intenté disimular la alegría que me daba verla, pero mi sonrisa me delató.
- Oh, Julia, ¿tú por aquí? ¿Quieres ir a tomar algo al pub de la esquina?
- Sí, claro, –iría contigo al fin del mundo si pudiera– me pillaba de camino.
Cojimos el ascensor y bajamos hasta la planta 0. Durante el trayecto hasta el pub estuvimos en silencio pero notaba como a veces se giraba hacia mi y me miraba sin poder parar de sonreír.
- Uy, si ya son casi las 3 pm, ¿prefieres que comamos algo?
- Como tu prefieras –lo que sea si es contigo.
Me encantó que durante el tiempo que estuvimos juntas, me hablarás como si me conocieras de otra vida, cómo si tuviéramos una conexión especial.
Y cuando encontré el momento adecuado, te conté lo de la carta, y aunque no me contestarás con palabras, lo hiciste con el corazón.
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Hurt Me With Your Love.
RandomJulia, de 17 años, ha pasado la mayor parte de su vida en un centro social porque sus padres fueron reportados. Sandrine, de 23, es abogada en una multinacional de mucho prestigio y nunca se había enamorado de nadie. ¿Que pasará cuando Julia cumpla...