XLII

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Ander y yo eramos los únicos que quedabamos en el salón de natación. Ya estabamos cambiados y apunto de salir cuanto se escucha un grito de mujer dentro de los vestidores de los hombres.

-Vamos a ver que pasa -me dice 

Se escucha otro grito igual de fuerte.

-Espera aquí -me dice Ander mientras entra 

Escucho un golpe fuerte y luego todo se convierte en silencio. Entro sin pensarlo más y veo a Ander tirado en el piso.

Corro hasta su lado cuando siento un golpe en la cabeza que me hace caer y que mis parpados se cierren para arrastrarme a la oscuridad.

Abro los ojos sobresaltada, no sentía el cuerpo, estaba sentada en una silla de metal, con los brazos y los pies atados. Traté de hablar pero no salía ni un solo sonido.

Mire a mi alrededor y Ander estaba en la misma pocision que yo.

-No pueden ser más tontos -dice Doraly mientras se para enfrente de nosotros

Seguíamos en las albercas. 

-Soy la mejor alumna de Cerebrum, la química siempre a sido mi mejor amiga -dice con orgullo -Siempre consigo lo que quiero, al precio que sea -me mira y después acaricia el rostro de Ander -Solo te quería a ti, y creía que tú sentías lo mismo por mi, jamás te había gustado ninguna chica, siempre eramos tu y yo, tantas horas de estudio -suspira -Y ahora solo llega esta chiquita y te ovidas de que existo 

Acomoda nuevamente sus guantes de latex y acomoda su cabello en una coleta

Trataba de moverme, pero no me respondía, solo mis ojos eran los que funcionaban 

-No te esfuerces querida, inyecte una sustancia que hace que quedes completamente sin movimientos, no funcionan ni tus musculos, ni tus huesos -me sonríe -Tranquila tus organos funcionan, aunque no por mucho 

Arrastra la silla hasta el borde de la piscina.

Jamás en toda mi vida me había sentido tan impotente y vulnerable, estaba a punto de morir y no podía hacer nada para salvarme, absolutamente nada, ni un solo grito de ayuda.

Doraly arrastra a Ander hasta mi lado

-Los trágicos amantes mueren -sonríe amargamente -Pudimos tener un final feliz, pero se empeñaron en destruirlos, hay cámaras -se gira y sonríe -Así que hoy es mi último día en Cerebrum, igual que el de ustedes

Empuja las sillas al mismo tiempo y trato de contener el máximo de oxigeno en mis pulmones. 

Sabía que aguantaba 60 segundos debajo del agua, pero mi desesperacion por no poder moverme estaba empeorando la situación. Además quien va a darse cuenta de que los dos estamos atados en una silla, al fondo de la alberca más grande y profunda de Cerebrum. 

Entre la oscuridad visualice a Ander, podía notar el horror y el miedo en sus ojos. Más que asustada por mi, me preocupaba él. Si no hubieramos insistido en nuestro amor, quizá ambos estaríamos en nuestras recámara descansando, planeando nuestros futuros y sabiendo que no vamos a lastimar a nuestra familia con nuestras muertes.

Pero en definitiva no cambiaría nada en mi vida, había sido una buena vida. Tuve muchas metas logradas más de las que muchas personas pueden alcanzar en toda su vida.

Solte unas burbujas por la nariz, no pudiendo contenerlas más.

Los ojos comenzaban a arder así que tuve que cerrarlos. Y dejarme llevar. 

Un pitido, escuchaba un pitido a lo lejos. Los pulmones me arden al inalar y exalar. Abrí los ojos despacio. 

Estaba en una habitación completamente blanca, tenía un tubo en mi garganta que me ayudaba a respirar. 

Busqué con la mirada a alguien, pero estaba sola. 

<<Estoy viva>> gritó mi interior super feliz 

<<¿Dónde está Ander?>> mi felicidad se esfumo tan pronto como llegó

Entró un doctor, con unos papeles en la mano

-Hola señorita Alison -me dice con una sonrisa -En un momento llegan dos enfermeras para que le retiren el tubo y le colocaremos una mascarilla de oxigeno 

Asiento lentamente 

-¿Puede mover sus brazos?

Muevo las manos y los pies, si no fuera por el tubo que tengo en la boca estaría sonriendo, por fin podía moverme.

-Su familia está afuera, al igual que sus amigas -dice con una sonrisa 

Las enfermeras entran, con mucho cuidado comenzaron a sacar el tubo. Creí que me doleria, pero más bien fueron ganas de vomitar. Pero era como si mi estómago no hubiera provado bocado en días. 

-¿Puede hablar?

-Si -susurro apenas audible

-No se esfuerce, es normal después de todo lo que le pasó

-¿Dónde está Ander?

-¿Quien?

-Ander, el chico que tiraron a la piscina conmigo 

-Oh claro, está en la habitacion posterior a la suya

-¿Cómo está?

-Bien, ayer despertó y comenzó a responder favorablemente igual que usted

Suspiro aliviada 

-Ha venido un par de veces un detective que me aseguro ser amigo suyo, pero quiero saber si está dispuesta a dar su declaración o quiere más tiempo 

-Estoy perfectamente bien -le digo con una sonrisa 

-Bien, primero dejaré que entren sus familiares 

Sale del cuarto junto con las enfermeras. 

Veo a mi mamá que entra corriendo y se lanza a mis brazos. 

-Mi pequeña, mira todo lo que te ha pasado -decía apretandome cada vez más fuerte 

Mis dos hermanos me abrazaron con tanta delicadeza que sentí que en cualquier momento me rompería, o quiza eso aparentaba mi aspecto. 

-Ya no vas a estudiar más en Cerebrum -me dice mi papá cruzado de brazos

-No pueden hacerme esto -les digo con la voz rasposa 

-Mirate donde estas, cada vez que te vemos es porque te ha pasado algo malo

-Ya tenemos miedo de que suene el teléfono -dice mi hermano mayor, Edmundo

-Tu no regresas a ese lugar -dice mi mamá furiosa -Todas las desgracias caen sobre ti 

Las lágrimas comienzan a salir de mis ojos. 

Felix me abraza y eso hace que llore más fuerte. 

-Es por tu bien -dice mi otro hermano mientras me abraza y llora conmigo 

-No te queremos perder -dice mi papá 

-El peor dolor de una madre, es que le hablen y le digan que tiene que reconocer el cadaver de su hija 

Los cuatro me abrazan y comenzamos a llorar a mar de lágrimas.

-Perdón -les digo entre llanto

-Tu no tienes la culpa 

-Es que si es mi culpa -sorbo mi nariz -Siempre hago lo que no debo, me hago pasar por detective y ahora me enamoré -digo llorando 

-¿Estas enamorada?, ¿Realmente enamorada? -me pregunta mi papá 

-Si, y la chica que nos arrojó a la piscina estaba celosa, de que él correspondía mi cariño 

Mis papás se miran asombrados. 

CerebrumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora