Capítulo 3

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El viernes llegó y Misaki fue a la universidad sin saber que aquel día conocería la identidad del hombre por el que se sentía tan atraído. Se sentó en la quinta fila, su sitio de siempre, y se puso a mirar su teléfono mientras esperaba a que Kamijou hiciera acto de presencia. Pocos minutos después, su profesor entró en el aula, malhumorado como siempre, junto con un hombre de cabellos plateados y bastante atractivo.

- Buenos días. Hoy la clase será diferente porque os he traído a un escritor muy respetado y que ha ganado muchos premios para que os hable un poco de su trabajo y de cómo es el mundo editorial. Sé que algunos tenéis intención de dedicaros a eso, así que creo que os resultará útil e interesante- habló Kamijou-. Os presento al gran Akihiko Usami, escritor de novela romántica.

- Buenos días. Estoy seguro de que muchos de vosotros disfrutáis de la lectura pero...- Misaki dejó de prestar atención. Reconocería aquella voz en cualquier lugar del mundo y estaba completamente seguro de que aquel escritor era Usagi-san. Después de haber estado más de tres semanas hablando a diario con él, no le resultaba difícil distinguir aquella voz. Misaki se puso muy nervioso, ¿sabía él que estaba ahí? ¿Había ido por él? No, no podía ser... Le había contado que su profesor le había llamado, ¿era posible que Usagi-san supiera que Kamijou le había reservado aquel sábado? Misaki tenía muchas preguntas en la cabeza y solo tenía una cosa clara; Usagi-san era demasiado hombre para él y jamás conseguiría estar a su altura.

Misaki sintió como los ojos se le llenaban de lágrimas. Había sido un iluso, había fantaseado con que podría surgir algo entre ellos dos pero la realidad era muy diferente y le había azotado de forma dolorosa. Usagi-san jamás se fijaría en él, era absurdo seguir esperando algo que era imposible.

- Y eso ha sido todo. ¿Alguien quiere preguntar algo?- dijo Akihiko y un par de personas levantaron la mano. Misaki no se había enterado de nada de lo que había dicho, no podía dejar de pensar en que había sido un estúpido por hacerse ilusiones. Misaki debía buscarse a alguien de su nivel y, claramente, Usagi-san no lo era.

Mientras hacían la ronda de preguntas, Misaki sacó su teléfono y le envió un correo a la empresa pidiendo que cancelaran todas las reservas de Usagi-san y que no le permitieran hablar con él. Misaki sabía que aquello era lo mejor, debía poner distancia y olvidar todo aquel asunto. Iba a perder mucho dinero pero no le importaba, antes podía sobrevivir con lo que ganaba y continuaría así.

Cuando finalizó la charla, Misaki salió del aula lo más rápido que pudo y se dirigió al baño, se encerró en un cubículo y rompió a llorar. No sabía que lo que sentía por Usagi-san era tan intenso y el verle había sido demasiado. De repente, escuchó dos voces que muy bien conocía. Kamijou y Usagi-san habían entrado en el baño.

- Te lo dije, Akihiko.

- Igual no ha venido hoy...- escuchó que decía el escritor-. O tal vez no me ha reconocido.

- Akihiko, sabía que acabarías decepcionado- suspiró Kamijou.

- Mierda, mierda, mierda...

- ¿Qué pasa, Akihiko?

- Los de la línea caliente me han enviado un mensaje- habló el peliplata con voz triste-. Misa ya no quiere volver a hablar conmigo y ha cancelado todas las reservas.

- Lo siento de verdad, Akihiko.

- ¿Sabes qué significa? Que estaba en la charla y me ha reconocido pero no le he debido de gustar.

- No creo que sea eso- dijo Kamijou-. Creo que te ha reconocido y le ha entrado el miedo. Piensa un poco en cómo se debe de sentir. Seguramente sea un estudiante que, como no llegaba a fin de mes, se ha tenido que meter en un trabajo que odia y que le avergüenza, puede que la idea de que le conozcas no le guste nada. Puede que tema que lo cuentes y todo el mundo lo sepa y por eso ha decidido cortar por lo sano, así no corre ningún riesgo. 

La Línea CalienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora