*Six*

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-Te queremos mucho,Davinna-me abraza mi madre y me besa la sien,dejando rastro severo de humedad de sus labios.

-Por y para siempre-continua mi padre y repite la misma acción que ella.

Les miro con felicidad y con amor,y agarro sus manos firmemente como si de alguna forma u otra,no quisiese que desaparecieran de mi lado.Caminamos sobre un desierto bosque,repleto de luz,aunque un poco frívolo,para mi gusto.Giro mi cabeza de un lado a otro y la pregunta "¿dónde se supone que estamos?"no deja de rondar por mi cabeza.Aminoro la velocidad de mis pasos,al igual que mis padres y frunzo el ceño,por la aparición de una gigantesca puerta color beige,en medio de la nada.A punto de preguntar,que se supone que hace aquí,mi preciosa madre se agacha frente a mi y deposita un beso en mi mano.Mi padre,por otro lado,luce cabizbajo y con una¿lágrima?resbalando se por su mejilla.

Ambos sujetan sus manos y me miran por última,antes de seguir hacia la puerta.Sigo estática,como si mis piernas no supieran reaccionar,ni moverse.Lágrimas en forma de cascada,caen por mi rostro.Me cuesta respirar,me ahogo y siento en mi pecho una punzada tras otra.Duele,duele mucho verlos partir y no poder alcanzarlos de ninguna forma.Hago un esfuerzo sobrehumano y poniendo el grito en el cielo,consigo avanzar.

Ellos se encuentran a pocos pasos de la puerta y como si la vida me fuese en ello acelero los pasos.

-¡Mamá,papá!-grito desde la garganta para que me oigan.

Ambos cesan sus pasos y con dolor,mi padre gira la mitad de su cuerpo,para sonreirme triste-.No puedes venir esta vez princesa,tienes que ser fuerte.Mamá y papá,te echarán mucho de menos y siempre te protegerán,nunca lo olvides.

Mi corazón se paraliza y comienzo a escuchar mi respiración entrecortada.Ya es tarde.Las puertas se abren de par en par y la luz se profundiza cada vez más.Extiendo mi mano,como si pudiese alcanzarles,de algún modo y mis rodillas llegan al suelo al ver desaparecer,ambos cuerpos tras la puerta.

Ahogo un grito y me tumbo en la húmeda y verdosa hierba,que me rodea.Comienzo a sentirme vacía y sola.A repetirme una y otra vez que esto no es real,qué es un sueño oscuro y que al despertar estaremos todos juntos de nuevo.Como la familia que siempre hemos sido.Como aquello que siempre he querido y deseado mantener,toda mi vida.Como algo indestructible y sagrado,que la vida no se ha encargado,de arrebatar me.

Me levanto asustada,sé que ha sido un sueño,porque no es la primera vez que lo tengo.Otras veces ha sido peor...bastante peor.

En ocasiones,me levanto empapada por pesadillas con mis padres,como protagonistas,dentro de su precioso descapotable clásico,de color rojo.En ellas normalmente mi subconsciente imagina lo trágico que debió ser su perdida.Las mil formas en las que pudieron haber tenido el accidente y las otras mil formas de qué pasaría,si se hubiesen salvado.

Según mi antigua psicóloga,se debe a querer buscar un por qué y un como. Querer echarme la culpa por no estar ahí y protegerles.Y a pesar de haberme dicho por activa y pasiva, que yo no podría haber cambiado sus destinos,me siento culpable.

Agito la cabeza,intentando alejar esos pensamientos de mi mente.

Es sábado por la mañana.Lo sé porque a través de los pequeños huecos de la persiana,puedo divisar a la perfección,diminutos rayos de luz,entrando en el dormitorio.Intento alejarme de ellos y me incorporo provocandome un punzón leve en la sien.La cabeza va a estallar me en cualquier momento.

Froto mis ojos con las manos y seguidamente bostezo poniendo los brazos en alto,con la intención de desperezar los,ya que al parecer había dormido como un bebé a pesar de la notable resaca.Contemplo la habitación pausadamente y observo con detalle,que no estoy en la mía.Me asusto al percatarme que mi vestido y zapatillas,yacen en el suelo y miro mi cuerpo,no completamente desnudo, gracias a Dios,cubierto por mi ropa interior.

BEHIND YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora