Lena Y Giano 1: Bajo La Luz De La Luna (Completa)

21. Adiós.

Yeah! I'm on fire! Un nuevo capitulo para mis queridos lectores, porque se lo merecen! Por el aguante y todas las hermosas estrellitas que me dedican.

Gracias por la paciencia!! Y el cariño.

Estoy tan contenta de actualizar tan seguido!!!

No olviden seguir haciéndome sonreír con sus comentarios y estrellas.

Love, Romi ❤
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Los ojos me escocían de las ganas de llorar, pero no lo haría. No volvería a llorar por Gianlucca, ni por ningún otro hombre en mi vida, excepto mi padre. No seria la típica damisela medieval que se deshacía en lágrimas porque su amado no le correspondia, o le era un amor imposible. Sería una mujer fuerte, que enfrentaría y atravesaría cada tormenta que tuviera delante. Y en este caso, Gianlucca Bonadio era mi peor catástrofe natural. Natural porque él era como el aire que respiro, tan natural amarlo que no necesitaba pensarlo, tan natural que me correspondía por derecho de amor. Pero no más.

"¡No te atrevas a tocarme nunca más!" Volví a gritarle enfurecida, dolida.

Este amor dolía tanto que comencé a pensar en ese instante que no valía la pena.

"¡Lo único que quiero escuchar es que vas a hacer lo correcto!" Le exigi.

Giano sacudió la cabeza. Sus lágrimas rodaban por sus mejillas.

"Len, por favor, puedes pedirme que me quite la vida, pero no puedo dejarte, no me pidas eso."

Abrí los ojos. Esto estaba mal.

Entonces hice lo único que se me ocurrió. Si mi corazón ya estaba hecho picadillo, porque no el de Gianlucca?

Me quite el anillo con el que me pidió casamiento, se lo arroje a sus pies y lo escupi. No queria hacerlo, pero esta tortura era peor que estar muerta.

Prefería morir.

"Lena, por favor, sin ti no sería yo. No podría vivir una vida normal" Dijo Giano con la voz quebrada.

"Harás lo que es correcto para mi prima y el bebé, de quien eres el padre, contribuiste a crearlo. Lo nuestro nunca tuvo futuro, vos y yo estuvimos condenados a vivir bajo la luz de la luna, bajo la noche. Jamás se nos permitió ver la luz del sol. Juntos no estamos destinados a ser nada más que dolor el uno para el otro"

"No" sacudió la cabeza, la mirada en el suelo "No, no es así, no es así, Lena, te lo ruego, no me dejes, no me abandones otra vez, no desaparezcas de mi vida otra vez, te lo suplico" rogó Giano.

Y todo mi cuerpo comenzó a doler. No podía verlo así, pero tampoco sería la causante de dolor de un ser que no tenía la culpa de este maldito triángulo amoroso, un ser que no pidió venir a este mundo a  sufrir, alguien que no tenía la culpa de los enredos del corazón, alguien inocente y puro.

"Se acabó, Gianlucca" Le dije con determinación, porque esta sería mi nueva Yo "Esto ya fue demasiado
Lejos. Nos amamos a escondidas del resto, jugamos con fuego todo este tiempo, creo que ya es demasiado. Nadie más tiene porqué salir herido de este lío. Así termina nuestra historia"

Avancé un paso para pasar a su lado y volver a mi casa, pero él me detuvo con su brazo en mi cintura. Quedamos lado a lado, cada uno mirando hacia rumbos diferentes. Y sin duda siempre había sido así. Y yo inocentemente ciega por su amor, no pude verlo antes.

"¿Tan fácil nos rendimos? ¿Tan rápido descartas lo que sentimos, sabiendo que jamás volveremos a amar a nadie como nos amamos entre nosotros?" Preguntó, con la voz quebrada aún mas.