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Ren Jun suspira una ultima vez y ve como las gotas de lluvia resbalan por la ventana, el día es gris y frío; ese tipo de clima le gusta, pero solo si estuviera en su departamento con una taza de chocolate caliente y bajo una manta viendo un película; no en su trabajo, que de por sí es gélido el lugar.
Apoya su mejilla en su puño y suelta un bostezo. La biblioteca es aburrida cuando no hay nada qué hacer y ahora mucho más que el cielo está por caerse y casi no hay nadie en el sitio.
Cuando llegue a casa solo se quitará sus ropas y entrará a su cama a dormir hasta la tarde del día siguiente; lo bueno de trabajar de lunes a viernes. Escucha la campana de la entrada sonar y se lleva una grata sorpresa al encontrarse con Je No, su mejor amigo que no veía desde hace dos semanas.
Je No deja su paraguas en un estante y camina hasta donde está Ren Jun, con una hermosa sonrisa en los labios que solo provoca que se agite el tonto corazón de Ren Jun.
—Hola, Junnie. ¿Cómo estás? —y como es costumbre cuando va Je No a la biblioteca, se siente a un lado de su amigo y pasa uno de sus brazos por sobre los hombros del más bajo—. A que sí me extrañaste en este largo tiempo que no nos vimos, porque yo sí lo hice.
Je No restriega su mejilla en el hombro de Ren Jun como un pequeño cachorro en busca de mimos, lo que causa que Ren Jun se sienta nervioso, que aún después de casi 13 años de conocerse aún no está acostumbrado a ese tipo de afecto.
—Je No deja de hacer eso, estás arrugando mi suéter —Je No pucherea, pero deja de hacerlo -aunque sin quitar su rostro de ahí- —.¿A que has venido?
—Nono yo también te extrañé, qué bueno es volver a verte. Eso sonaría más bonito, Junnie —Ren Jun mira fijamente a Je No y después niega—. Entiendo, tú siempre serás el Rey de hielo conmigo.
Rey de hielo, lo nombró así Je No después de que en su cumpleaños número once, Ren Jun se negara a darle un beso en la mejilla como regalo -y aunque al final terminó accediendo, ese sobrenombre se le quedó cuando no quería ser cariñoso con Je No-.
—Entonces, ¿me dirás que solo viniste porque me extrañaste?
—Bueno... —levanta su cabeza y quita su brazo de los hombros de Ren Jun para poder rascarse la nuca—. En realidad vine para pedirte un favor.
—No —dijo enseguida Ren Jun.
—Junnie, por favor, es algo muy pequeño.
—¿Qué es?
—Un pastel.
—No.
—Vamos, Junnie, por favor —ruega de nuevo Je No, sabiendo que falta poco para que Ren Jun acceda a su pedido—. Por favor~, Junnie. El domingo es mi aniversario con Lia y quiero que la cena sea deliciosa y lo será si solo me ayudas en esto, ¿sí?
Para ese punto, Je No lo veía con sus ojos brillantes en suplica y Ren Jun ya no lo pudo soportar más, rindiéndose ante esa mirada.
—Está bien, haré tu estúpido pastel, pero me debes una grande, Nono
—¡Muchas gracias, Junnie! Eres un Ángel caído del cielo —se levanta de un salto y atrapa al mayor en un abrazo que lo deja inmóvil—. ¡Oh! ya me tengo que ir o llegaré tarde a mi cita con Lia. De verdad, ¡muchas gracias!
Je No lo suelta y camina hasta la puerta, donde antes de abrirla, voltea a ver a su amigo y le regala una eye smile. Ren Jun le devuelve la sonrisa, suspirando una vez ve a su amigo perderse cuando sale a la calle aún con lluvia.
Se pregunta cómo es que puede caer tan rápido por aquel chico, simplemente no le puede decir que no. Ren Jun es consiente de ello y se ha recriminado infinidad de veces a sí mismo, pero cuando Je No le pide algo, al principio se hace el difícil; sin embargo termina aceptando de uno u otra forma con tal de ver a Je No feliz.
Toma de nuevo asiento y dormita otro poco, dejando sus pensamientos volar; tiene que ir a comprar las cosas para el estúpido pastel para el estúpido de Je No, una vez salga de su trabajo.
Y de verdad que no estaría molesto de hacerle un pastel a Je No, pero no es precisamente para él, es para su novia ya que cumplirían dos años de novios. Y no lo mal entiendan, a Ren Jun le cae bien Lia, simplemente no confía plenamente en ella. Pero lo intenta por Je No, porque ella es su felicidad... O como Je No siempre se lo recuerda: es la indicada.
Ren Jun realmente se quiere convencer que lo es, que es la mujer indicada para Je No, pero simplemente no lo puede conseguir porque persiste la espina de desconfianza -algo que le dejó la exnovia de Je No-... O quizás es su sentimiento de enamorado el que no se lo permite. Quién sabe.
Ren Jun agita su cabeza y deshace esos pensamientos. No debería sentir envidia por Lia, porque eso es lo que es, no hay otra forma de decirlo. Él sabe que Je No la eligió a ella porque se enamoraron, y debería estar feliz por eso, además de aceptar que Je No nunca se enamoraría de él, por el simple hecho de que Ren Jun es un hombre y Je No es heterosexual.
