capítulo catorce.

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-Ahí no se dan los besos- dije entre dientes.

-¿Dónde lo quieres?

Sonreí y fingí un ronquido, Erick soltó una carcajada.

Me dormí profundamente hasta que abrí los ojos, no vi nada, ni una luz de sol ni nada, estaba en una habitación encerrada por completo. Me levanté y Erick no estaba, traté de abrir la puerta pero estaba cerrada bajo llave.

-Perfecto. Muero asfixiada, incendiada o de un paro y nadie se da cuenta.

Miré que la perilla giraba y me tiré a la cama fingiéndome dormida. Erick entró.

-¿Media hora? Ok, yo la despierto- cerró la puerta.

Sentí el calor de Erick sobre mi.

-_____, _____Despierta.

-¿Dylan?

-¿Dylan? ¿Quién es Dylan?

-Mi no...¿Erick?- me senté en la cama.

-¿Tu qué?

-¿Mi que de qué?

-Lo que me estabas diciendo.

-No entiendo- ¿Dylan? Buen invento _____me encantaria saber si Jos es celoso.

-Me estabas diciendo de un tal Dylan.

-Ahh- sonreí y me levanté.

-¿Y bien?

-Tengo hambre ¿Qué hay de desayunar?

-Te pregunté algo.

-Y yo también.

-Yo te pregunté primero.

-Uy que maduro- hice el gesto.

-¿Quién es Dylan?

-Quiero desayunar ¡O gritaré!

-¡Contéstame!

-¡¡Papá tengo hambre!! ¡¡Erick no me deja comer!!- A todo pulmón.

-¡Callate!

-¡¡Papá, Erick me calla!! ¡¡Muero de hambre!!

-Eres una niñita- me tomó del brazo y abrió la puerta, salimos de la habitación y nos fuimos a la cocina.

Me senté en el desayunador, Erick me sirvió unos panes integrales con una barra diatética y fruta en trozos.

-¿Quién crees que soy? ¿Madonna?

-¿Por qué?

-No desayunaré esto. Me hago anoréxica sólo con verlo.

-Pensé que con el cuerpo que tienes te cuidabas, y me aventarías la comida si te sirvo desayuno de gente normal, cosa que tú no eres.

-Vaya, vaya, vaya... Erick Colón te fijas en mi cuerpo...

-¡Tengo ojos! ¿Qué quieres que haga?- esquivó mi mirada.

-Te enseñaré lo que es un desayuno real- me levanté, Erick se me pegó como chicle- Tranquilo, FBI ¡Sin comer nunca huyo!

-No me arriesgo.

Tomé la mano de Erick y lo acerqué a mi bruscamente.

-Mejor pégate bien si no quieres que me escape de verdad.

Erick sonrió.

-Eres una niña muy mala.

-Deja de halagarme y cocinemos.

Niña Mal- Erick Colón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora