-LEVI! -lo llamé desde la puerta, que también había golpeado fuertemente con los nudillos. Él salió y me miró con su característica mirada fría.
- Qué quieres?
-Vengo por mis hijos.
- No, tu no estás bien de la cabeza. No puedes criarlos. -mire hacia abajo y ciertamente comencé a llorar, pues no podía ni imaginar el, no miedo, pavor que me tenían mis hijos.
-Yo sé que me equivoqué, pero hay un mocoso terco que no me ha dejado dormir por eso! He visto mil veces mis errores! Y los errores que cometí con Eren, los que he cometido con mis hijos... pero, Levi, yo te aseguro que hoy, no hay nada que deseé más que volver a verlos!
-Mikasa... ellos no quieren verte. Tienen miedo, tiemblan cuando se trata de ti. El pequeño, Adrián... crees que está muy bien? Tiene una cicatriz en cada parte de su cuerpo. No quieren saber de ti. -lo mire con los ojos bien abiertos y aguados, me tire al suelo devastada y comencé a llorar a gritos. Me negué a aceptar sus palabras, cuando la puerta se abrió y salió mi niño, me abrazó y lloró conmigo, yo lo abracé igualmente; ella, Ymir, sólo se asomó a la puerta y dudó, pero al verme corrió a abrazarme de igual modo, me quedé con ellos en brazos durante un rato hasta que Levi se acercó.- Tendrás que ir a juicio si los quieres...
- No, tienes razón, no estoy en condición de cuidarlos... antes de caiga el sol te traeré todos sus papeles y su ropa... ellos merecen la vida que tu y Hanji puedan darles. La vida que yo no podré darles.
-Mamá... quiero ir contigo... - el más pequeño me miro con sus ojitos verdes llenos de lágrimas, y yo tome su carita, le di un beso en la frente y me levanté del suelo.
- No, quédate con Levi... el los cuidará bien, tú y tu hermana deben estar juntos. Yo sólo voy a estorbarles.
-Pero eres nuestra madre, y te arrepientes, es suficiente! -ella también lloró y me abrazó de nuevo.
Al parecer habían desarrollado un amor bastante extraño, era como si tuvieran el síndrome de Estocolmo, y querían estar conmigo, aún a sabiendas de que le haría daño.- No, no quiero hacerles más daño... por favor quédense con él, yo iré a visitar a su padre a la tumba, después pasaré por sus cosas a casa. Pero yo seguiré ahí, si quieren ir a verme. -sonreí triste, me levanté y me marché. Me dolió dejarlos atrás pero debía hacerlo si quería que vivieran.
Llegué a la tumba de Eren y me senté frente a la lápida. -12 años han pasado desde ese día... Y hasta ahora vienes a decirme mis errores Eren, por qué no me lo habías dicho antes? Pudiste haber evitado todo esto. Mi relación con ellos, contigo, mi cobardía, todo esto y todo lo que pasará de aquí en más, debiste hacer algo antes.- y lo vi ahí sentado enfrente de mi.
-Lo sé, pero hoy ya es tarde, lo hecho, hecho esta y así siempre se quedará.
- Qué hago ahora? Le dije que recogeria sus cosas de camino a casa, pero no quiero deshacerme de ellos. Lo viste, no? Quieren estar conmigo.
- Es el síndrome de Estocolmo, aprendieron a quererte igual que yo, vieron lo bueno de ti, y sabían que volverias a ellos. Pero tienes que darles un espacio libre... lo necesitan.
-Bien, los dejaré con Levi, yo veré que hago con mi vida. -salí del cementerio y camine hacia a casa, cuando un auto negro blindado se paró frente a mi.
-Mikasa, sube -era mi tía, ella amaba los carros así, subí al auto y en todo el trayecto mire hacia afuera, al llegar a su casa me fui directo a la sala y me senté con la mirada hacia abajo, ella se sentó en el sillón de enfrente.- Sabes hija, Eren era un hombre excelente, era bueno en todo, hasta en el sexo.
-Hablamos de Kruger cierto?
- Si
-Tia, ya hablamos de eso...
- No, hablamos de hombres, no de parejas. -mire a mi tía, y me sentí extrañada pues no entendí muy bien a que se referia.- El era, muy amable, aunque parecía que no, pero conmigo fue siempre muy detallista, tan caballeroso, y me llevo a muchas partes del mundo, fuimos a Venecia, a Nuevo México, a Hiroshima y más lugares bastante conocidos, pero él lugar que más quise siempre fue el jardín de su casa, desde ahí podías ver las estrellas, ahí nos contábamos anécdotas y reíamos, en ese lugar nació nuestro amor, y murió junto con él hace 14 años. Jamás pude serle infiel a su recuerdo y lo veía cada noche cerca de mi cama. Y aún está ahí para mi, lo sé. -lloré al recordar que mi historia con Eren había sido similar, las estrellas, los lugares, esas similitudes podrían haber sido iguales, si yo hubiera tomado otra decisión entonces. Trataba de limpiarme las lágrimas desesperadamente pero no dejaban de salir, me empezaba a costar el respirar y después mi sollozo se volvió un llanto real, estaba suspirando repetida veces y gritando, mi tía se levantó y fue hacia a mi para acariciarme la espalda, yo la abracé con una niña a su mamá y ella me acaricio la cabeza.- Sé que es difícil, aunque yo no lo viví igual, sé que sientes, tu Eren, era un chico muy lindo y amable, quizá más que Kruger, y te amaba demasiado, pero lo hecho
-hecho está y siempre lo estará, ya sé... sólo me arrepiento de todas la veces que le grite, y le restregue en la cara sus malas acciones, me arrepiento de todo lo que le hice, él no me merecía tía, YO no lo merecía, era demasiado para mi, y lo sigue siendo.
- No hija, para él siempre fuiste lo que quería y más de lo que esperaba, Kruger me contaba las pláticas que tenía con él sobre nosotras y siempre decía que Eren estaba afamado hablándole sobre ti, él te amaba.
-Mikasa... yo aún puedo sentir tu pequeño rostro en mis manos.
- Eren...
-Pronto todo estará mejor... Pronto podrás descansar.
-Quiero ir contigo... - mi tía me miro y miro después la misma dirección que yo y se extraño porque ahí no había nada...
-Mikasa? - me desmaye entonces y ella gritó mi nombre, la escuche a lo lejos pero no sabía en donde, pero sólo quería ir con Eren...
12/01/20
Chicos! Estamos cerca del final, qué creen que pase?