CAPITULO 13

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Tras dos largas e incómodas horas, en las que Saul y los padres de Rocío, por respeto a estar dentro de un hospital, ni siquiera han cruzado ni la mirada, llega un doctor a donde está la familia de la chiquilla, con un precioso niño rubito, como un querubín entre sus brazos.

.-Ustedes son los padres de Rocio, ¿verdad?... Vengo a presentarles a su nieto, la chica me ha dicho que quiere que sean ustedes los primeros que conzcan a su hijo... Aunque tambien ha preguntado si estaba Saul... Imagino que seras tu, muchacho.

.-Si, soy yo, ¿me podria pasar a mi hijo? Yo soy el padre del bebe y tengo más derechos sobre él qu estos dos señores, con diferencia.

Resignada, Mercedes accede a que sea Saul quien primero vea la carita del pequeño y despues ellos podran tenerlo entre sus brazos.

O eso al menos, es lo que creian ellos, pero sus ilusiones se vienen abajo cuando ven aparecer al médico que habia salido antes con el niño para decirles que se lo tiene que llevar porque ya van a preparar la habitacion de Rocio para que madre e hijo puedan descansar durante los proximos dias.

Una vez que el medico se ha llevado al recien nacido, es Antonio quien le recrimina a Saul su comportamiento hacia ellos, quien sin pensarlo dos veces le responde:

.-Usted no se preocupe, Don Antonio, va a perderme de vista muy pronto y durante mucho tiempo, porque en cuanto Rocio y mi hijo sagan del hospital me los pienso llevar conmigo a mi casa, ya tengo la casa preparada para ellos.

.-Eso será por encima de mi cadaver, mi hija no va a perder su vida porque a un niñato como tu le de la gana, ¿me oyes o no?

.-Rocio es suficientemente mayor para saber lo que hace, lo ha demostrado saliendo adelante con el embarazo y el parto, ¿no cree, señor?

.-Por encima de mi cadaver, ella no se va y no lo voy a repetir más.

.-En unos dias, cuando salga de aqui, lo veremos, señor, ahora que ya he visto a mi hijo, tengo que marcharme, hay cosas que tengo que terminar de preparar para la llegada de mi mujer y mi hijo.

Dicho esto, Saul da la vuelta y con una sonrisa ironica sale del hospital, dejando a Antonio con la palabra en la boca y a Mercedes destrozada, imaginando lo que puede ocurrir tras la salida de su hija y su nieto del hospital.

Adolescencia perdida Parte I: Rocío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora