Un Príncipe Americano [ Saga MEDICOS Parte 2]

Capitulo Especial. ¿El fin?

Alexander

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— ¡Es verdad, usted es el rey! Lo confundimos con una drogadicto o algo, así, lo sentimos mucho — Alexander miró al policía con altanería y cierto desprecio. Es un inepto, sabe que esta lleno de agua sucia pero no es tan diferente, tiene su costos reloj y su anillo de la realeza. Esas cosas no las tiene cualquier persona. El policía tiene las manos temblorosas mientras abre la celda y lo deja salir — Lo siento mucho, espero que nos perdone esta equivocación ¿Quiere que hagamos algo con esa mujer? —

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Sabe a quien se refiere el policía, su madre está sentada frente a un escritorio tomándose la nariz con un par de gasas, ya alguna vez Vanessa le había dicho que era muy buena arrojando zapatos, debería de molestarse porque golpeo a su madre, pero esta vez se lo merece, porque tiene a su hija de cuatro años perdida por su culpa.

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— Solo llévala al hospital, no me interesa esa mujer — su madre trató de hablarle, pero los guardias lo detuvieron. Alexander se quitó la camisa sucia y la cambió por una fina camisa blanca. No le importa el frío, necesita salir de aquí ahora — ¿Donde está mi esposa? —

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— Su esposa se fue. Ella pidió que lo dejáramos toda la noche dentro de la celda —

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Se dio la oportunidad de sonreír de lado. Si por ella fuera estaría en la cárcel todo su vida por su estupidez. Jamás creyó que su madre dañaría a su hija, no sabe que le dijo, no que paso, pero fue la culpable. Salió de la estación y busco con la mirada a Vanessa, pero no está por ningún lugar. Así que subió a su auto y manejo por las calles de Berlín.

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No sé supone que una simple fiesta tenía que acabar tan mal, era eso, solo una reunión, se supone que en unas horas su hija y él tomarían su avión y regresarían a Londres, ahora ya no esta seguro de eso. Se aferra al volante furioso y mira a todos lados buscando ese pequeño abrigo rojo. Tuvo que haber escuchado a Vanessa cuando le dijo que su madre estaba loca, pero es su madre, jamás pensó que pudiera hacerle eso. Que sí Helena es mitad latina, que no es buena porque juega como niño y viste pantalones, todas esas quejas tiene que escucharlas todos los días, pero no pasa nada, su hija es la heredera y eso no va a cambiar. Será la reina de Inglaterra cuando el muera.

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Lo único que necesita es encontrarla.

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Bajó la velocidad en cuanto la vio, no a su hija, sino a Vanessa, casi soltó una carcajada al verla caminar extraño con su zapatilla de tacón rota a causa de la nariz de su madre. Pero esta ahí en plena noche, buscando a su hija.

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— Se supone que tenías que seguir en la celda. — Vanessa se cruzo de brazos y lo miro furiosa — Fui una tonta, no me sorprende que estés fuera de nuevo, de todos modos eres el rey puedes hacer lo que quieras. ¡Como perder a mi hija! —

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— Sube al auto y vamos a buscarla. Hagamos esto juntos — abrió la puerta para ella, pero Vanessa la cerró. — Tú tienes ese sexto sentido para las cosas. Sube al auto, ¿Que pasa si también te pierdes? Es mejor que estemos juntos

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— No subiré al auto Alex, no puedo. Necesito respirar — Vanessa comenzó a caminar lentamente — Necesitó buscar a mi hija —

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Al parecer esta vez tiene que pedir perdón mucha veces en la noche. Alexander aceleró el auto y lo detuvo junto a Vanessa.

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— ¿Que quieres que te diga? ¡Lo lamento lo entiendes! Lo hago, no pensé que fuera a pasar esto, ella estaba ahí conmigo y de repente ya no, lo sé la descuide, pero es una niña, pensé que estaría jugando. Yo me siento mil veces peor que tu, yo la traje aquí, se supone que tenía que cuidarla y no lo hice — la miro con rostro suplicante, lo único que quiere es que suba al auto — Sube al auto, Vane, la vamos a encontrar, lo se —

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El auto de los guardias de Vanessa se detuvo junto a ellos, Vanessa sonrió de lado y se acercó a la ventanilla de su carro para que pueda verla mejor.

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— Te quiero ¿Lo sabes Alex? Estoy furiosa contigo, demasido, Dios, puedes ser el perfecto rey, pero siempre te equivocas, pero te amo, te quiero muchísimo. Esta vez entiendo que confiarse en tu madre y ella te traiciono, no quiero hacerte sentir más mal — Vanessa lo beso en la mejilla y lo abrazo unos minutos. Respiro su perfume y dejo que lo besara un par de veces  — Esta vez no encontraremos a Helena los dos, lo harás tú, porque tú la perdiste, estoy cansada de arreglar todo lo que arruinadas. Tú vas a encontrar a mi hija y nos veremos en Buckingham porque tengo tu fiesta de cumpleaños preparada ¿Me escuchaste? ¡No vuelvas sin mí hija! —

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La miró irse en otro carro lleno de guardias, lejos de el. El estaría furioso si Vanessa hubiera perdido a su hija, pero no puede dejar se pensar ¿cansada? ¿de la corona? Pero si a ella le encanta ser reina, es la mujer más popular de Londres, las mujeres de visten como ella y las cámaras la siguen a todos lados. A Vanessa le encanta ser la reina ¿Cansada de él? Bueno los dos tienes actitudes muy explosivas, si el es frio cuando esta molesto, Vanessa es una llama furiosa, pero los dos son un buen equipo, más de lo que se imaginó.

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La adora cada día más, le encanta tener sexo con ella, pero no solo es eso, sino esos pequeños toques, cuando la toma de la mano debajo de la mesa en las cenas de Estado, sube su mano poco a poco hasta hacerla sonrojar, cuando le pide a todos los guardias que se giren para besarla, una vez interrumpió su sesión en el parlamento para llevarla al baño y tener sexo con ella.

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Sonrió de lado y comenzó a buscar a su hija. Porque esta seguro que va a encontrar a esa pequeña princesa juguetona.

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Alexander

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— Yo soy una princesa — Helena miró con una sonrisa a ese viejo hombre, es como un monstruo de los cuentos, arrastrado un par de botes de basura. La ha cuidado toda la noche en el parque esperando a que sus papás vengan por ella, pero ya es tarde y nadie llega. Extraña mucho a su papi, a quien este enojada con el, quiere verlo llegar con sus guardias y sentirse protegida, pero esta sola en el parque — Mi mami dice que yo seré reina —

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— Si, eso dicen todas las mamás, no te sientas mal pequeña, pero no puedo creer lo que dices — la niña esta a punto de llorar — Estas aquí sola en un parque, ciertamente tu ropa es cara y no pareces ser pobre. Ah, en fin, vayamos a la estación de policía —

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Helena negó con la cabeza y sonrio emocionada al ver una foto de su mami junto una parada de autobuses. Se aferró a su mochila y comenzó a caminar.

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— ¡Ahí está, ella es mi mami! — el anciano apenas pude seguir los pasos rápidos de la niña — Mi mami es la reina de Inglaterra —

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— ¡Espera niña, fíjate antes de cruzar la calle! —

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Pero Helena no lo escuchó, salió corriendo sin fijarse a donde va, solo sigue la sonrisa hipnótica de su mami, llena de luz por el escaparate. Pero Alexander casi freno de milagro, no esperaba que una niña se atravesará en su camino, salió rápidamente del auto.

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— ¡Lo siento mucho señor. La niña cruza la calle sin fijarse! — el anciano apenas puede respirar del susto. El auto apenas tocó a Helena. Pero el aire la tiró al suelo — Dice que su madre es la reina de Inglaterra, la niña esta perdida.—

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Esto tiene que ser una jodida broma. Alexander abrió mucho los ojos y se acercó hacia el pequeño cuerpo en el pavimento, Helena está acostada en el suelo con los brazos extendidos mirando el cielo. Casi mataba a su propia hija, a pesar de todo logró soltar un largo suspiró porque por fin la encontró. Trato de tomarla en brazos, pero Helena se levantó y corrió detrás de las piernas del anciano.

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