Luego de lo que pasó con Chan, Minho trataba de que me olvidará de eso, y podía notarlo porque hacia bromas, tanto por escrito como con gestos. Pero lo que él no sabía, es que Chan ya no me estaba atormanetando, sino que él era el único que estaba en mi cabeza en ese momento. Había escuchado su risa otra vez, y como siempre, al darse cuenta se sonrojó, y yo no podía más con los sentimientos que estallaban dentro de mi. Deseaba tanto abrazarlo, pero me daba mucha pena hacer eso, así que me contuve de eso.
Ya habíamos llegado al centro comercial, y lo primero que hicimos fue darnos una mirada cómplice.
Tienda de cómics.
Al entrar a la tienda, los dos comenzamos a ver todos los estantes. Había comics claro está, mangas, figuras coleccionables, ropa cosplay y muchos accesorios. Entre todas las cosa que había, encontré orejitas de gato. No me contuve y tome unas y se las coloque a Minho, y tenía que admitir que le quedaban realmente bien. Quiso quitárselas enseguida, pero evite que lo haga y me puse orejitas también, luego de eso me saque una foto, y le pedí permiso para sacarnos una foto juntos, a lo que el accedió después de rogarle un poco.
Estuvimos como una hora allí adentro. Minho se compró un llavero del manga que estaba leyendo, y yo un collar que tenía un dije de los anteojos de Harry Potter. Luego de eso fuimos a comer,y como no nos decidíamos a donde ir, fuimos a lo básico: Pizza.
Conversamos a través del cuaderno durante una hora mientras comíamos, nos contábamos anécdotas de nuestra infancia y cosas por el estilo.
- Cuando pueda oír de nuevo, podemos ir a ver una película si quieres. - Escribió el castaño.
- Me parece bien :) ¿Que tipo de películas te gustan?
- Me gustan las películas de suspenso y de investigación, ¿Y a ti?
- No tengo un género favorito, pero casi siempre busco comedias románticas.
- Me gustaría oír tu risa - Escribió notablemente apenado y lo mire del mismo modo.
- Podrás oírme algún día, solo tenemos que esperar
- Lo se, pero me gustaría que fuera menos tiempo. No quiero que te aburras de mi...
Al leer eso mi corazón se apretujo.
¿Aburrirme?
¿Cómo podría aburrirme?
- ¿Sabes? No esperaba que tengas ideas tontas en tu cabeza. - Escribí y se lo entregué.
Sonrió de lado, podía ver que estaba afligido, pero trataba de ocultarlo. Mire su mano, la cual estaba apoyada sobre la mesa mientras sostenía el bolígrafo, estaba tenso, lo había notado. Así que coloqué mi mano sobre la de él y le di un leve apretón, cuando me miro le sonreí. Se sonrojó enseguida pero no se alejó, todo lo contrario, soltó el bolígrafo y entrelazó nuestros dedos.
Ahora yo tenía las mejillas ardiendo.
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Ambos teníamos un helado en la mano, el mío era de chocolate y el de él era de fresa, caminabamos por el parque que estaba cerca del café, hoy estaba hermoso. Se veía muy bonito cuando las luces se encendían e iluminaban el lugar, hacían que todo se viera más romántico.
Minho me señaló una banca y ambos nos dirigimos hacia ella para sentarnos. Una vez allí, ambos terminamos de comer el helado y comenzamos una charla a través del papel. Hablábamos de lo que habíamos hecho durante el día y de los momentos graciosos que recordabamos.
- Gracias por pasar tiempo conmigo - Escribió el castaño.
- No me lo agradezcas, me gusta estar contigo
- ¿De verdad? Pocas personas dirían eso
- Estoy muy segura, me divierto mucho contigo. - Al leerlo, el sonrió.
- A mi también me gusta estar contigo Hatt. - Y ahora sonreí yo.
Antes de responderle lo mire a los ojos y le sonreí por lo que había escrito. Mi sonrisa se fue desvaneciendo a medida que el se acercaba a mi, me sentía nerviosa, pero aún así me quedé en dónde estaba, observando sus ojos y el los míos. Estaba a a escasos centímetros de mi cuando su mano llegó a mi mejilla, corrió un mechón de cabello y se quedó tocando la piel de mi rostro mientras porporcionaba dulces caricias. Se fue acercando más, hasta que pego su frente a la mía. Varios segundos nos miramos a los ojos, estaba hipnotizada, no podía moverme, aunque tampoco quería hacerlo. Mis nervios estaban dando descargas en todo mi cuerpo, jamás me había sentido así.
Hasta que me sonrió.
Por arte de magia, me sentí en paz, me hizo sentir tan segura que me llegó una tranquilidad increíble. Le sonreí de igual manera, sin mostrar los dientes. Subí una mano hasta su mejilla y comencé a hacer lo mismo, luego pase al cabello que caía por su frente y por último a su nuca. No me había percatado de que él había cerrado sus ojos ante eso, pero los abrió cuando sintió que me removí un poco en mi asiento, me había acercado un poco a él. Volvió a mirarme a los ojos y luego bajo su mirada a mis labios, por instinto hice lo mismo, y diablos... Se veían más suaves que nunca. Dirigí mi vista de nuevo a sus ojos, los cuales ya me observaban otra vez, y comenzó a acercar un poco más, hasta que nuestras narices quedaron juntas. Nuestras respiraciones se mezclaban y podía jurar que aunque estuviera tranquila, podía oír los latidos de mi corazón. Su mano pasó a mí barbilla y elevó un poco mi rostro, elimino la mínima distancia que había entre nosotros mientras cerraba sus ojos y me besó. Apoyo sus labios sobre los mios, se quedó así durante unos segundos y luego se separó. Tarde un par de segundos en abrir los míos, y cuando lo ví, pude notar su sonrojó y sus ojos brillando. Y esta vez, la que se acercó fui yo. Subí mi otra mano hasta su nuca y lo besé. Hice lo mismo que el, deje mis labios sobre los de el, sin movimientos. Pero su mano subió hasta mi mejilla y entreabrio sus labios para besarme otra vez, le seguí el ritmo. Un ritmo lento y suave, era como si estuviera hablando con él a través de ese beso.
Al separarnos, me sonrió apenado y le devolví el gesto de igual manera. Se alejó un poco de mi y me observó. Se olvidó a acercar y me abrazó. Acaricio mi cabello y yo me acomode a él para abrazarlo también.
Sin duda, ahora quería pasar mucho más tiempo con él.
