2. La sonrisa de Midoriya no es un superpoder

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As she is beautiful, she's unpredictable
Damned irresistible, is it plausible to hate her
She is my common sense, revels on decadence
But what's the difference, it's impossible to bait her

Miss Imposible, Poets of the fall

Si Aizawa le dice otra vez que necesita controlar su temperamento, probablemente acabe de perderlo por completo. No es que no sepa que a veces necesita controlarlo. En el fondo —pero demasiado al fondo, en ese lugar en sus entrañas que nunca revisa— sabe que la agresividad no le sienta bien a toda la gente —por mucho que consiga resultados haciendo el trabajo— y a él le cuesta no comportarse como un imbécil.

Cuando llega a los dormitorios, está prácticamente sólo. ¿Dónde carajos está metido Eijiro, que es básicamente la única persona que no lo irrita sólo por el simple hecho de existir? Pero no, en vez de encontrarse al idiota del cabello rojo se encuentra a otro idiota con... el cabello verde.

Deku. «Midoriya», se corrige en su cabeza.

Tienen un trato, producto de su última pelea. Katsuki no le dice «Deku» como insulto y Midoriya no le grita «¡Kacchan!» en medio de una pelea con villanos. Hasta el momento, han fallado miserablemente.

—Ey, tú —llama. Ceño fruncido. Actitud de mierda. Con razón no se ve demasiado heroico.

—¡Kacchan!

No planea decirle a nadie que en realidad no le molesta demasiado que le diga así. Además ya han pasado casi tres años estudiando en Yuei, ha tenido bastante tiempo para admitir que ese inútil va a ser un héroe, como él, y que va a ser quizá uno tan bueno como él.

—¿Dónde carajos están todos?

—Piscina —dice Deku—. Kaminari convenció a algunos de pedir permiso para entrenar allí y...

Ah. Otro plan para ver a las chicas en trajes de baño reveladores. Esos planes nunca funcionan, ya deberían de haber aprendido. O simplemente es un plan para perder el tiempo y fingir que hacen algo de manera productiva —aunque si Iida está involucrado en la ecuación, lo duda—; además ya están en tercero. Las cosas se están poniendo muy serias.

—¿Y tú?

—Me quedé a esperarte. —Katsuki alza las cejas. ¿Acaso ese idiota cree que no va a encontrar el camino a la piscina si tiene ganas de ir? Con una nota habría bastado, no era necesaria tanta parafernalia. Suelta un gruñido y empieza a caminar en dirección a las habitaciones—. ¡Espera, Kacchan, quería preguntar...! —Katsuki lo ignora—. ¿Qué te dijo Aizawa...?

Rueda los ojos.

Por eso hubiera preferido encontrarse con Eijiro primero. No le iba a preguntar nada que no debiera preguntarle e iba a asumir que estaba grandecito para arreglar sus problemas y saber cuándo pedir ayuda —aunque Katsuki odia hacerlo y es pésimo cuando de verdad la necesita—. Pero no, Deku tiene que meterse con él e inmiscuirse en su vida. Se detiene y voltea a verlo. Está sonriendo.

Tiene una sonrisa amable, inocente, tranquila. Y, joder, qué hace Katsuki pensando en todos los adjetivos con los que puede describir esa sonrisa, se supone que va a decirle que no es nada de su incumbencia. Se queda trabado, parado en donde estaba, a medio camino.

—¿Kacchan...? —dice Midoriya, después de un momento.

Ah, sí.

Decirle que no era de su incumbencia, no quedarse pensando en que en realidad la sonrisa de Midoriya era muy bonita. Carajo, parece que tiene un poder especial en ese momento, porque nunca se había fijado con tanta atención en cómo aumenta la inocencia —aparente— de la cara de Deku cuando sonríe así. Se le está quedando la mente en blanco.

—¡No es nada de tu incumbencia! —dice finalmente. Pero sale mucho más débil de lo que pretende. En el fondo quiere que le pregunte más y lo persiga con esa estúpida sonrisa por todos lados.

«Énfocate, Katsuki», piensa, «esa sonrisa no tiene superpoderes».

Sigue caminando. Claro que Midoriya lo sigue.

—¡¿A dónde vas?!

—¡A mi habitación! —Ahora parece que no puede ir a ningún lado sin tener un parásito de pelo verde pegado.

—¿No quieres ir con el resto?

—¡Voy a buscar mi traje de baño, maldita sea! —espeta.

Deku se queda callado. No planea decirle nunca que le sigue diciendo «Deku» en su cabeza cuando se exaspera con él, que es más o menos cada que lo ve. Porque si algo tiene es el poder de metérsele en la piel, bien adentro.

Katsuki no va a admitirlo pronto, pero le gusta. Midoriya lo sigue. Va a volver a preguntarle qué le dijo Aizawa. Y quien sabe, quizá un día de estos lo deje meterse más en su vida. Si sonríe lo suficiente. Quizá.

Y cómo carajos llegamos aquí [Katsudeku/Dekukatsu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora