Los días pasaban, la curiosidad de Karoom sobre lo que lo poseyó estaba tan latente, trataba de mantener la calma, cualquiera enloquecería, pero él lo estaba sobrellevando bien, aunque sabía que no era cualquier cosa, disimulaba a la perfección, su secreto estaba resguardado junto al cura Evan, al menos tenía a alguien que lo ayudaría. Él aun no le había contado que en realidad al parecer el mismo Diablo se le había aparecido junto a su esposa muerta, no quería que crea que estaba loco o algo así, pero el sacerdote era de confianza así que después de meditarlo bastante llego a la conclusión de que si podía saber que fue lo que pasó completamente, sin baches.Con el respaldo de Evan, Karoom pudo afrontar su problema y ahora rezaba más que nunca, su diálogo con Dios lo mantenía por las mañanas y por la noche, tenía miedo pero sabía que si estaba del lado del bien no debía temer.
- Cuando vuelva, no podrá hacerte daño, te lo aseguro, esta vez no podrá poseer tu cuerpo. - Dijo Evan.
- ¿Lo jura por Dios? - Preguntó Karoom.
- No se debe tomar el santo nombre de Dios en vano, es un mandamiento, no es necesario que se lo jure Karoom, tenga fe.
Esas palabras: tener fe, eran una luz en los ojos de Evan, él podía lograr que Karoom se calme en cualquier momento, parecía su protector, como un mismísimo ángel enviado del cielo por Dios para que cuide de su lastimado hijo.
Al poco tiempo Evan oyó la verdad sobre la historia de esa posesión tan peligrosa.
- Él se me apareció Evan, él y mi esposa muerta, ellos querían que vaya con ellos. - Contó Karoom, sentándose sobre la banca de la iglesia.
- ¿Será que querían que hagas un pacto con ellos... O mejor dicho con el mismo Diablo? - Preguntó Evan, llevándose una mano hasta su mejilla.
- Claro, ¿Como no lo pensé antes? - Dijo Karoom golpeando sus piernas.
- ¿Pero sabes que clase de pacto era?, quiero decir, ¿Qué te ofreció?
- Recuerdo que me ofreció pasar la eternidad junto a Sheila, obviamente eso implicaba estar muerto e irme al infierno.
- ¿Lo rechazaste? - Preguntó el rubio muy interesado.
- Le dije que me deje en paz, estaba asustado por todo lo que estaba viendo, estaba tan... Ohh, todo era
horrendo. - Karoom se agarró la cabeza con desesperación recordando la espeluznante escena. Todo ese dolor, y luego ver a Sheila, de esa manera, tan malvada.- Calma Karoom, ya pasó, ahora estas seguro. No va a lastimarte cuando seas exorcizado. - Dijo posando su mano sobre el hombro del joven.
Karoom levantó la cabeza lentamente, volvió su vista a Evan y se tranquilizó. Evan asintió levemente, tratando de tranquilizarlo, de a poco la calma volvió al cuerpo de Karoom volvió a su cuerpo y pudo continuar hablando.
- ¿Y si... Buscamos a la familia de la mujer que fue poseída de una forma similar a mi? - Propuso esperanzado.
- Es una buena idea, pero hay que ser cautelosos. De todas formas eso no nos asegura nada. Recuerdo donde vive, puedo acompañarte. - Karoom asintió y partieron rumbo a la casa de la mujer fallecida. Vivían alejados de la ciudad, gracias a Evan pudieron localizar su dirección.
Los campos de las afueras eran extensos y verdosos, pero lucían apagados porque el atardecer los abrazaba y pronto llegaría la noche.
Llegaron a una pequeña casa amarilla, habían luces encendidas, Evan se acercó y tocó el timbre. Un hombre con un rostro demacrado se acercó a la puerta, abrió y los miró frunciendo el ceño, definitivamente no tenía idea de quienes eran ellos.
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karoom Nigth: El inicio |EDITANDO|
General FictionTras la muerte de su esposa se desatará una tormenta, toda la vida de Karoom se pondrá de cabezas y le sucederán hechos que él jamás hubiese imaginado. ¿Quien diría que una buena persona podría cargar con tanto mal? Un guerrero protector, mitad án...