Capítulo 6

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/Narra Hipo/
  Cuando llegamos a la Orilla, todos los chicos en el barco saltarin hacia la playa y besaron la arena, alegres de haber tocado tierra.

Hipo: Parecen felices de por fin tocar tierra.

Freya: No sabes cuánto.

  Luego de un rato, los chicos por fin se levantaron y los invitamos a nuestras cabañas.

  Chimuelo y Tormenta vigilaban a los chicos para que no se perdieran o hicieran algo extraño.

  Al fin llegamos y les mostramos todo lo que Astrid y yo habíamos hecho solos.

Todos: *Asombrados* Genial

Hipo: *Bromeando* Deberían ver a nuestro hijos.

Todos: ¡¿Qué?!

  Astrid me dió un pequeño golpe en el hombro mientras que yo me ría.

Astrid: ¿Y? Cuéntenos qué tal ha estado Berk en nuestra ausencia.

  Los chicos bajaron la mirada y en media hora no dijeron nada.

Patapez: *Nervioso* Verán...

Brutacio: *Serio* Todos murieron y ahora es un lugar desierto.

Hipo y Astrid: ¡¿Qué?!

Brutilda: Está jugando. Eso sí, Berk ya no es el mismo.

Patapez: Todo el mundo vive triste y con miedo.

Patán: Cambiando de tema... *Enojado* ¿Por qué te aliaste con estás cosas?

  Chimuelo le gruño con enojo a Patán y tuve que calmarlos a ambos.

Freya: Verán, cuando ustedes dos fueron capturados por esa nube, cientos de leyendas comenzaron a crear los Vikingos con respecto a eso y las cosas fueron de mal en peor. Los dragones dejaron de atacar y eso hizo a los Vikingos desconfiar hasta de las moscas. Ahora es imposible vivir. Todo el mundo está a la defensiva con cualquier cosa. No están tranquilos.

Astrid: Wow. No creí que las cosas estuvieran tan mal.

Patapez: Sus padres sufren todos los días por su perdida pero están avanzando como pueden.

Hipo: *Triste* Me lo imagino.

Los gemelos: ¿Y que hay de ustedes?

Hipo: Bueno, cuando esa cosa nos llevó, terminamos yendo a una isla.

Astrid: en la cueva de esa isla, había algo que provocó esa "nube" que nos llevó allí.

Hipo: Cuando toqué eso, quedé maldito. Ahora puedo hacer lo mismo que un dragón pero eso también tiene sus repercusiones.

Astrid: Cuando me enteré de su maldición, pensé que si lo compartía entonces se desvanecería eventualmente. Pero me equivoqué.

Hipo: La única forma de romper mi maldición es terminar con lo que lo empezó.

Astrid: Cuánta más magia encontremos, más probable es que podamos encontrar el núcleo.

Hipo: Hoy detecté una magia rara saliendo despertando desde el fondo del mar y luego se exparsió por todas partes. Una fracción de esa magia la tienes ahora *Apuntando a Freya*.

Freya: ¿En serio?

Hipo: Si. Será difícil controlarlo al principio pero luego será como caminar.

Astrid: Creo que si esa la fracción que tienes buscaba un portador, entonces las demás partes harán lo mismo.

Hipo: Eso tiene sentido para mí.

  Astrid: Vamos a buscar las demás partes, por ahora ustedes descansen, viejos amigos. Mañana temprano los ayudaremos a llegar a Berk a salvo. Cuando lleguen, díganles a nuestros padres de que estamos bien y que todo se resolverá.

Hipo: Díganle a mi padre, por favor, que volveré a casa. Es una promesa.

Astrid: Pero primero, iremos a dormir.

  Los chicos fueron a sus lugares, comieron y durmieron como osos.

  Ya de noche, antes de montar a nuestros dragones, le dí un tierno beso a mi Lady en sus labios y ella correspondió al beso con una sonrisa. No pudo evitar abrazarme y yo también la abrace, pero para tenerla más cerca. Cuando por fin nos separamos, íbamos a montar a nuestros dragones pero escuchamos una voz.

Freya: Wow, que románticos.

Astrid: *Avergonzada* ¡Tú!

Freya: Me llamo Freya. La verdad, me da gusto conocerla señorita Astrid, usted no tenía más años de los que tengo ahora y sin embargo se convirtió en una leyenda y mi modelo a seguir.

Hipo: ¿Pasa algo?

Freya: Ustedes dijo que ahora poseo magia al igual que ustedes dos. Parece que enfrentaran cosas muy difíciles y malas. Se que son buenos y que han entrenado mucho, pero me gustaría poder ayudarlos en lo que pueda.

Astrid: Pero todavía no controlas tu magia.

Freya: Mejoraré, lo prometo. Permítanme ser como ustedes y ayudarlos, se que me necesitaran y quiero estar con ustedes.

Hipo: ¿Por qué?

Freya: Porque quiero explorar y ver el mundo con otros ojos. Quiero ver más allá del horizonte y buscar quien quiero ser.

  Astrid y yo nos miramos mutuamente y estábamos sorprendidos por su profunda respuesta. Ambos sonreímos y respondí.

Hipo: Está bien. De todas formas, mañana te iba a preguntar si querías entrenar conmigo antes de volver a Berk.

Astrid: Si. Si no controlas bien tu magia, podrías lastimar a alguien. Esos agujeros que le hiciste a la vela se lo podrías haber hecho a Patán eso hubiera sido... Un momento ¿Eso hubiera sido malo?

Hipo: Claro que sí. Bueno, ve a dormir. Mañana es otro día.

La maldición del dragón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora