Se que nunca he confiado en la gente, no porque me hayan hecho daño si no por el miedo a que lo hagan.
Se que nunca me he dejado llevar por el sentimiento al que llamamos amor, no porque nunca lo haya encontrado, si no porque soy demasiado cobarde como para dejarme llevar por el.
Se que puedo parecer una persona dispuesta a dañar sin importar que me lleve por delante, no porque sea dura, si no porque soy tan blanda que necesito un caparazón, una garantía.
Pero contigo todo es tan diferente.
Te conocí en las malas, cuando ninguno de los dos soportábamos estar cerca el uno del otro. Cuando la simple mención de tu nombre me enervaba.
Y ahora míranos.
Míranos no ser capaces de despegar nuestros labios, no ser capaces de dejar de mirarnos a los ojos o de decirnos cuantos nos encantamos.
Mírate haciendo todo lo posible por verme.
Mírame hablándole a todos de ti.
Míranos sin interesarnos nadie más que nosotros.
Porque para mi ahora no eres tú ni yo, somos nosotros, juntos.
Y te prometo cariño, que por ti dejaría de lado ese tonto miedo a que me dañen.
Por ti escribiría uno y mil versos.
Por ti, y solo por ti;
Aprendería a amar sin miedos.