Angel By The Wings ➰ || Alec Lightwood [#3]

004. Una Muy Mala Idea.

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➰Angel By The Wings/Capítulo Cuatro.

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          Después de conversarlo entre Alec, Clary y Katia, decidieron que harían el plan de Valentine, lo utilizarían como carnada para que les entregaran a Isabelle. Katia le sugirió que la utilizaran a ella debido a su parentesco con el Demonio Mayor, pues había más posibilidades de que la aceptara a ella, pero el azabache se negó rotundamente.

Llamaron al Gran Brujo de Brooklyn, Magnus Bane, para que él pudiese invocarlo, ya que Katia aún no sabía cómo invocar demonios. Unos minutos después, él y Marcus llegaron al Instituto, el segundo fue regañado por Katia, pero él insistió en que debía estar allí, pues parte de su existencia se la debía a Azazel. Esperaron a que el Consejo se reuniera para poder comenzar con la invocación, pero Jace no aparecía por ningún lado.

El par de chicos Lightwood-Campbell comenzaron a buscarlo por el Instituto, se separaron por los pasillos para poder cubrir más terreno. Katia se dirigió a los dormitorios, mientras que Alec se dirigió a la azotea. Ambos esperaban encontrarlo, pero principalmente el azabache, quien no lo había visto desde que fue a hablar con Valentine.

Abrió la puerta que daba a la azotea y se adentró, registrando todo el lugar con la mirada. Sus ojos avellana se detuvieron en la figura de un hombre de hombros anchos y cabellera rubia, quien se encontraba recargado en la baranda, observando las luces de la calle. Alec pudo reconocerlo al instante, había encontrado a Jace. Un sentimiento de alivio recorrió todo su cuerpo.

—Allí estás —Fue lo primero que el azabache dijo, cerrando la puerta a su espalda. Al ver que el rubio no le respondía comenzó a caminar hacia él—. Magnus y Marcus están abajo —Informó mientras caminaba con paso lento—, y la reunión del Consejo terminará en una hora —Aunque el rubio sabía que se dirigía a él aún no podía voltearse—. No tenemos mucho tiempo —El azabache se detuvo a un metro de distancia de su espalda, frunciendo su ceño con confusión. El rubio inclinó su cabeza hacia abajo—. Jace, ¿estás bien? —Inquirió el azabache, hablando con un tono de voz lleno de preocupación.

Sin mencionar palabra alguna, y vacilando, se giró hacia el azabache. Los labios de Alexander se separaron en cuanto vio el rostro de su parabatai. Sus mejillas estaban rojas, su ceño fruncido y sus ojos cristalizados, de los cuales brotaban lágrimas que no podían ser detenidas. Jace estaba llorando.

Sin pensárselo dos veces, Alec se acercó hasta él y lo envolvió en un abrazo, el cual fue correspondido inmediatamente por el rubio. En cuanto sintió el calor de su parabatai contra su cuerpo, Jace comenzó a sollozar sin poder controlarlos. Alec le acarició la espalda, intentando decirle que no estaba solo pero sin mencionar palabras.

Eso era justo lo que el rubio necesitaba, sentir que alguien estaba con él, sentir que alguien estaba para él. Un par de minutos después, la puerta volvió a abrirse, pero ninguno de los dos le prestó atención. Un segundo más tarde, unos pequeños brazos estaban rodeando ambos cuerpos, o lo que podían alcanzar.

Ambos shadowhunters pudieron observar que la persona que se había integrado en el abrazo había sido Katia, por lo que ambos la rodearon con un brazo. Los tres shadowhunters quedaron abrazándose a sí mismos por un par de minutos, intentando lograr que el rubio parase de llorar.

Esa era la segunda vez que Katia veía llorar a su mejor amigo, por lo que dedujo que las cosas con Clary no habían terminado muy bien. La chica acariciaba con suavidad la espalda de su mejor amigo, tenía curiosidad por saber quién era su hermana pero sabía que no era momento para preguntárselo.