EMPTY [EUNHAE]

23. Tomar distancia

Donghae terminó en el puente del río Han con el frío congelándole hasta la médula y un cigarro entre los labios, siempre había buenos momentos para degustar el amargo sabor del tabaco y ese le pareció uno. Llegó al hotel con grandes expectativas y se fue sin nada. Aunque debía admitirlo, Hyukjae hizo esa noche inolvidable, más aún porque puso al descubierto lo que Donghae tanto se había esforzado por disimular: su afecto.

Debería sentirse aliviado, es decir, ya no tendría que verse involucrado de ninguna manera con ese tipo, aquello a lo que tanto le huía se alejaría junto con Lee Hyukjae y no tendría que preocuparse por ello, entonces ¿por qué sentía todo lo contrario?, ¿por qué sentía como si le hubieran arrebatado algo?, ¿por qué sentía una profunda tristeza en el pecho?, ¿por qué tenía tantas ganas de volver y seguir discutiendo?

Inhaló y exhaló, no podía darse el lujo de flaquear, aunque estuviera al borde. Era una estúpida relación sexo, pronto pasaría, lo sabía. Era como todas las relaciones en las que se involucró con anterioridad, nada diferente. Cerró los ojos un momento para sentir la brisa de la madrugada, para imaginar que el viento le quitaba ese peso que de pronto se había colocado sobre el corazón. Nada valía suficientemente la pena como para afligirse, ni siquiera Hyukjae.

Donghae estaba perdido en sus cavilaciones cuando su celular timbro. Pegó un ligero brinco, debido a que el sonido lo sobresaltó, suspiró pesadamente y decidió contestar sin ver el remitente.

— ¿Dónde estás?

— En el río Han.

— ¿Está todo bien? — preguntó Kyuhyun preocupado.

— Tranquilo, no voy a saltar. ¿Necesitas algo?

— Nada, Siwon me llamó preguntando por ti, parece que ya has superado la hora habitual de llegar a casa.

— ¿Hora habitual? — se extrañó Donghae.

— No lo sé, Hae, sólo preguntó por ti. De nuevo ¿está todo bien?

— Sí, sólo no fui consciente del paso del tiempo.

— ¿Quieres compañía?

— No es necesario, ve a descansar.

— Sólo recuerda que nos tienes a nosotros ¿bien? No estás solo y no lo estarás jamás.

— ¡Que no voy a saltar, Kyu!

— Eres un pesado.

— No soy yo el que está llamando a las cuatro de la mañana, amigo.

— Vete al cuerno. Regresa a casa rápido.

— Te quiero — y le colgó.

Avisó a Siwon que se quedaría fuera más tiempo, se subió de nuevo a su motocicleta y comenzó a conducir a través de las pistas nocturnas, no le veía el sentido a recluirse en su habitación, era mejor ir a buscar algo con qué distraerse y sopesar lo que sus entrañas estaban sintiendo, tragarse el mal rato y olvidar que había sucedido. Dio varias vueltas alrededor de la ciudad, hasta que encontró una colina agradable donde sentarse a ver el amanecer. Amaba los colores del cielo y como un espectáculo tan cotidiano podía llegar a ser tan especial.

Cuando el sol estuvo completamente fuera volvió a conducir hasta que su medidor de combustible le avisó que sólo quedaba la reserva, decidió parar en una estación para llenar el tanque y desayunar algo ligero. Su paseo por la ciudad fue renovador y fructífero, se sentía bien a pesar de todo, así que creyó era un buen momento para volver a la casa de su amigo.

A penas estacionó la motocicleta se dirigió al buzón de Hyukjae, encontró lo que estaba buscando. El contrato, con el que todo ese embrollo había comenzado, estaba allí, roto en pequeños pedazos y nada más, nada. Donghae pensó en tomar los trozos de papel, pero ¿qué sentido tenía? De cualquier modo ya no servía para nada, así que sólo cerró el buzón y entró al elevador.