Capítulo 1. Serás mío.

122 11 19
                                    

Narración Externa.
Un hombre cabellos dorados, de mirada azul penetrante, y piel acanelada, sentado en una mesa con amigos, tomando alcohol, hasta la mierda, ese penetrante olor a cigarrillos, y uno que otro, que llevaba drogas, a aquel establecimiento.

Sonaba la música a todo volumen, de un momento a otro empezó a sonar tusa de nicki minaj y karol g, y todos los presentes, se levantaron a bailar, el rubio seguía en la mesa y de repente, vió a un muchacho pelirojo, sentado, muy aburrido, el rubio sonrió pervertido, y fue hasta donde estaba el pelirojo.

-- Hola. ¿Cómo estás?

-- ¿Puedo ayudarle en algo? - Dijo mientras no despegaba la vista, de su celular con un tono de indiferencia.

-- ¿Qué edad tienes?

-- 17 y ¿tú? - Lo último lo dijo sonriendo y en un tono más coqueto.

-- 24, aunque no pareces tener diescisiete, te ves más joven.

-- No lo se, es lo que todos dicen, pero, si, si tengo diescisiete.

-- ¿Sabes coger?

-- Si, si se coger.

-- Quiere decir que ya lo has hecho.

-- Si.

-- Hum, entiendo, así que es eso.

-- Ajá, ahora acompañame, quiero que vayamos a un lugar.

Le dijo, para darle una mirada coqueta, y empezar a mover sus caderas con sensualidad, mientras lo guiaba a una habitación, el rubio al ver eso sonrió, y en menos de dos segundos, se levantó de su asiento para perseguirlo, ambos, ya sabían de que se trataba.

-- Haré que te sangre el culo.

-- Quiero ver eso. - le dijo el menor restregandose en su sexo.

El rubio lo estampó de un solo a la pared, haciendo que su cara quedará frente a la pared, el heleno comenzó a besar cuello, quitandole, los pantalones, dejando al chico en bóxer mientras él, se quitaba los suyos, separando lo más que podía sus nalgas.

-- N-no... seas.... muy duro.... ahaha.

-- ¿Porqué no?

-- Por-porque, aún, s-soy... vi-virgen.

-- Tú dijiste lo contrario.

-- Solo... para no.... pasar vergüenza.

-- Así me gustas..... mucho más.

Le dijo el rubio, y le quitó la ropa por completo chupeteando su piel, dejando algunas marcas, en un jalón casi desesperado, se arrancarón la ropa, quedando ambos en boxer's, mientras el galo gemía de tanto sentir, aquel gran bulto que quería tener dentro de él, se restregaba, torturando al rubio y a mismo.

-- ¡¡¡AAAAA-AHAHAH!!!! Ahahaha.... s-si..... va-vamos, hazlo.

Decía y gritaba el galo, al sentir al rubio, meter su sexo dentro de su ser, luego, el rubio, recogió su corbata del suelo, y le amarró las manos al galo, para después botarlo al suelo, poniéndolo en cuatro, para volver a meter su sexo dentro de aquel pelirrojo, que era un desastre en gemidos y jadeos.

Adentrándose más y más en él, con sus sudores resbalandose por doquier, con sus gemidos retumbando en toda la habitación, el vulgar sonido que emitían al chocar, el cual se aumentaba, a medida de cada embestida, dos, tres, cinco movimientos, y el pobre galo, cayó al suelo.

Ya que tanto placer, lo debilito, y upps, cayó, mientras su trasero seguía siendo embestido por aquel rubio, que tomó la corbata, aún amarrada a sus muñecas, y las jaló para atrás, mientras lo embistió más, tres movimientos, y dejó salir su semilla dentro del menor, que cayó inconsciente.

פפפ×

-- O-oh... ¿Qué?

Dijo el pelirojo, al sentir, que sus muñecas estaban amarradas con unas cadenas, a una cama, y una imagen sucia, se vino a su mente, creando una erección en este, sentía la necesidad, de volver a tener sexo, se excitó, pero, solo se concentró en pensar en otras cosas, de repente la puerta, se abrió de un solo, haciendo que el galo levantará la mirada.

-- Veo que al fin te levantaste.

-- ¿Qué es lo que hago aquí?

-- Mmm, nada, solo, estás aquí y ya.

-- ¿Y no puedo irme?

-- No, ahora eres mío, y de nadie más lindura.

Se acercó al pelirojo, y comenzó a masajear el bulto que tenía el galo, haciendo, que este cerrará sus ojos, y apretará su quijada, con solo toques el se excitaba, de un momento al otro, el miembro del galo, estaba dentro de la boca del heleno.

*2 días después.*

Narra Camus.
¿Qué haré ahora? No puedo irme, parece que esté hombre, se ha obsesionado conmigo, ya que no quiere dejarme ir pero, me aterra, el hecho de que sea así, si, debo admitirlo, me excita mucho, que sea una bestia cogiendo, pero, me da miedo.

Posó mi mirada al ventanal, solo la luna se ve, con muchas estrellas, las luces de las casas apagadas, y todo eso, pero bueno, no tengo más opción que obedecerlo.

-- ¿Qué haces viendo ahí? - Me gritó milo muy enojado.

-- Nada, solo veía la luna.

-- ¿Pensabas en irte? ¡¿Cierto?!

-- No, milo.... no me grites.

-- ¡Yo puedo gritarte, así que me aguantarás todo!

En eso, comencé a llorar, tenía miedo, más me tomó, y me desnudo, me amarró las manos, poniendo la cuerda, en el techo, me excite, pero sin embargo, no quería que se viera tan notorio, en eso, milo tomó un látigo, y lo enrollo, para sonarlo en sus palmas.

-- Si sabes, que aquí mando yo ¿O no? Así como también, el desgustarme, tiene un castigo ¿cierto?

-- N-no, no lo sabía, perdón.

En eso, milo me dio un latigazo, que me hizo saltar y gritar debido a la sensación, luego me dio otro latigazo, mientras mis lágrimas caían como un río, desdordandose de su lugar, latigazo tras latigazo, lágrima tras lágrima, grito tras grito, yo estaba, excitado.

Asumo, que me encanta, rudo, pero, me he vuelto un masoquista, así que no tengo marcha atrás, milo ya me soltó las muñecas, mi espalda arde demasiado, mucho, muchísimo, debido a tantos latigazos, mi erección me está pidiendo a gritos, que la atienda ahora.

-- Mnhh, mnhhh...

Gemí, al sentir otro latigazo de parte suya, varios latigazos después, el me desamarró, y me sentó a la fuerza, y volvió a amarrar mis muñecas, mientras salía de ahí, y cerraba la puerta dejándome en total soledad y oscuridad, yo solo suspire, no tenía otra opción.

Ya no tengo más alternativas, solo quedarme aquí, y soportar, ya que, yo puedo irme, pero, el problema es el siguiente, me he enamorado, de estás torturas, me encabtan, creo que estoy sonando como todo un lúnatico, pero es la verdad, me encanta demasiado, esos latigazos a mi piel, los golpes.

Todo, me gustan, creo que luego de todo, me he vuelto un masoquista, y le he tomado afecto a milo.

















































































































- Camus_Acuari.

Él Psicópata.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora