Bajo la lluvia

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Rubén despertó como a eso de las dos y algo de la mañana, se sentó y frotó sus manos en su cara y dio un suspiró, estaba cansado y no iba a ir a la escuela, miro a su lado y se encontró con un bello rostro el cual lo estaba cubriendo el flequillo del pelo del menor

— No entiendo que mierda hice para merecer que estes en mi vida - Quito el flequillo que cubría los ojos de Miguel — Eres demasiado bueno para mi - Dijo en una sonrisa

Rubén observó como caían rayos, aquella lluvia era demasiado intensa

— Miguel - Suspiró y se volvió a recostar

Se cubrió su cuerpo desnudo con la cobija y abrazo a Mangel, el menor también lo abrazó por reflejos

— ¿Podemos repetir más seguido esto? - Preguntó Mangel adormilado

— ¿Hacer el amor? - Miguel negó y rió

— Bueno, también eso, pero me refiero a dormir juntos, me siento más seguro contigo que con mi propia familia - Dijo en una mueca ocultando su rostro en el pecho de Rubén

— Oh, cariño - Sonrió — Claro, puedes venir cuando quieras - Alboroto el pelo del menor y lo abrazo más fuerte — Duerme - Beso su cabeza

— Descansa, te quiero - Rubén sonrió

Después de dormir tan bien Miguel se despertó y miro a Rubén, creía que era perfecto durmiendo

— No me arrepiento de estar al lado de un pecador - Dijo en una sonrisa — Ni siquiera pude ir a la escuela

Este se sentó y tocó el piso, estaba frío y estaba lloviendo, la ventana de Rubén era grande y se veía un gran jardín, el pequeño desvió su vista y miro un gran clóset lleno de camisas, las veía demasiado hermosas, se para y se alteró un poco, no tenía ropa limpia y aquella tanga lo incomodaba un poco, así que abrió los cajones hasta topar con el de la ropa interior de Rubén y ahí fue cuando vio su bóxer verde

— ¿Qué mierda hace esto acá? - Preguntó sorprendido

Este lo tomó y se lo colocó rápidamente, tomó una camisa a cuadros y la colocó, aquella camisa estaba demasiado grande para el, le cubría hasta sus rodillas

— Eres un gigante Rubén - Dijo en una risa

Tomo unas calcetas negras del mayor y bajó, estaba tan sola aquella casa, daba un poco de miedo estar abajo, estaba tan triste el día, apenas y entraba un poco de luz en aquellas ventanas tan grandes

— Puedo hacerle algo a Rubén - Dijo en una sonrisa

Abrazaron la cintura de Mangel y besaron su cuello

— Oh pequeño - Dijo Rubén con la voz ronca

— ¿Cómo dormiste? - Preguntó Mangel dándole un beso a Rubén

— Valla forma de recibirme - Sonrió — Dormí demasiado bien y ¿Tú?

— Si - Sonrió y lo abrazó — Tengo hambre - Rubén se acercó a su cuello y lo besó

— Yo puedo ser tu comida - Dijo con una voz ronca e imponente

— Rubén - Mangel jadeo al sentir como el mayor apretaba sus caderas y al sentir como lo hacía con su trasero — ¿Podemos desayunar? - Rubén rió

— Vale, comamos - Sonrió — Lo único que se hacer es cereal con leche - Dijo riendo

— Pues yo también - Rió Mangel y miro el reloj de la cocina — Son las ocho de la mañana, ni siquiera iremos a la escuela

— Mejor, así podemos pasarla juntos

— Mis padres me matarán - Dijo en un tono de preocupación

𝙎𝙞𝙣𝙨 𝙬𝙞𝙩𝙝𝙤𝙪𝙩 𝙛𝙤𝙧𝙜𝙞𝙫𝙚𝙣𝙚𝙨𝙨/ Pausada hasta nuevo avisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora